La historia de la joven que se arrepiente de cirugía de transición de género en la Fundación Valle del Lili: esta es la demanda

El abogado Carlos Eduardo Álvarez detalló cómo se desarrolló el proceso médico que hoy enfrenta una demanda en Cali.

El abogado Pedro Contreras, representante de Laura, expuso en entrevista en el programa 'Habla con ella' con Patricia Pardo los detalles del proceso de transición de género que ella inició en Cali cuando tenía 15 años y que posteriormente revirtió, señalando que busca que “no vuelva a ocurrir lo que me ocurrió a mí”.

¿Qué ocurrió durante el tratamiento de transición?

Contreras explicó que la historia se remonta a la niñez de Laura, entre los 5 y 7 años, etapa en la que, según él, ella “sufre episodios de abuso”, situación que influyó en su relación con su cuerpo y en el miedo a “ser mujer”. De acuerdo con su relato, ella también se expuso a contenidos de activistas trans en redes sociales que reforzaron la idea de identificarse como hombre.

El abogado relató que, tras contar a su familia lo ocurrido cuando tenía 15 años, los padres buscaron atención psicológica y psiquiátrica por síntomas como depresión, ansiedad y autolesiones. Aseguró que un psiquiatra en Cali remitió a Laura a un equipo médico en la Fundación Valle del Lili, donde se iniciaba una clínica de género para menores.

Contreras afirmó que ese equipo “ignora esas comorbilidades” y se enfoca de manera inmediata en la disforia de género, iniciando intervenciones hormonales antes de que Laura cumpliera 16 años. El proceso, según él, se extendió hasta 2020, cuando la joven alcanzó la mayoría de edad y recibió la orden para una cirugía de masculinización pectoral, realizada luego en un centro externo. Sostuvo que, pese a la cirugía, Laura expresó dudas sobre el diagnóstico desde 2017, llegando a decir: “Tal vez sí soy Laura”.

El abogado aseguró que incluso en la historia clínica se registraron dudas del equipo médico respecto al diagnóstico inicial. También señaló que los protocolos médicos establecen que “no se debe dar testosterona antes de los 16 años” y que, según su versión, la decisión de operarla habría sido inducida desde la primera consulta.

¿Por qué la familia decidió interponer una demanda?

Contreras afirmó que varias intervenciones se realizaron “sin el consentimiento informado” y sostuvo que la clínica no entregó esos documentos pese a múltiples solicitudes. Dijo que ni Laura ni sus padres recuerdan haber firmado explicaciones sobre riesgos, alternativas o procedimientos irreversibles.

El abogado indicó que la motivación inicial de Laura no era una reparación económica, sino evitar que “a otros niños les ocurra lo que me ocurrió a mí”. A través de una referencia, el caso llegó a la fundación que representa a Contreras, donde determinaron que la vía jurídica adecuada era una demanda de responsabilidad civil médica.

El abogado afirmó que, según la revisión de peritos internacionales consultados por el equipo jurídico, las intervenciones fueron “contrarias a los protocolos médicos” y causaron “daño sobre el cuerpo de Laura”, que incluye cambios físicos derivados del uso de testosterona. Añadió que algunos efectos podrían ser irreversibles y que expertos mencionan posibles riesgos futuros en fertilidad y salud.

Contreras aseguró que Laura se mantiene reservada con su identidad, pero continúa firme en su intención de evitar que otros menores pasen por experiencias similares.