Omar Gómez Mejía, que fue director de la Defensa Civil en Caldas en 1985, relató en entrevista con La FM cómo intentó alertar a la comunidad de Armero sobre el riesgo inminente que representaba el volcán Nevado del Ruiz. En su testimonio, aseguró que la advertencia fue recibida con rechazo por parte de los asistentes a una conferencia que ofreció en septiembre de ese año.
¿Qué dijo Omar Gómez Mejía sobre su advertencia a los habitantes de Armero?
Durante la entrevista, Gómez Mejía recordó que fue su superior, el general Guillermo de la Cruz Amaya, quien le pidió realizar una serie de conferencias en el departamento. “Mi general Guillermo de la Cruz Amaya me invitó a dictar conferencias en Armero”, afirmó. Explicó que el recorrido comenzó por la zona montañosa y que el 18 de septiembre de 1985 llegaron al municipio para ofrecer una charla en el Museo Antropológico a las 7 de la noche.
Según su relato, el lugar estaba lleno y también había público en la calle contigua, donde se instalaron parlantes. “Ese día en el Museo Antropológico a las 7 de la noche este museo estaba lleno […] la calle aledaña estaba también llena de armeritas”, señaló. Durante su exposición, Gómez Mejía explicó los conceptos básicos sobre la actividad volcánica, los riesgos y las medidas de mitigación que debían adoptarse. Sin embargo, su advertencia generó una reacción inesperada.
El exdirector relató las palabras con las que intentó alertar al municipio: “Tan pronto haya erupción del cráter Arenas, que la va a haber muy pronto, solo Dios sabe cuándo, Armero lo va a tapar el lodo”. De inmediato, dijo, varios asistentes lo increparon. “Me insultaron, me decían: ‘Cállese que nos va a hacer perder el valor de las tierras’”. La situación, según su versión, se tornó tensa durante cerca de 15 minutos, mientras la multitud lo interrumpía.
¿Cómo reaccionó la comunidad de Armero tras la advertencia?
Gómez Mejía recordó que, tras los reclamos, intentó explicar sus afirmaciones con argumentos técnicos e históricos. “Hice seis cajones en un tablero”, relató, indicando que allí anotó fechas de actividad volcánica reciente, desde marzo de 1983 hasta septiembre de 1985. Su propósito, dijo, era mostrar el patrón de comportamiento del cráter Arenas. “Los volcanes son cíclicos, recurrentes y muy benignos porque indican con sus fenómenos lo que va a hacer el volcán”, expresó durante la entrevista.
Agregó que, después de la discusión inicial, algunos asistentes comenzaron a escucharlo con mayor atención. “Al fin y al cabo me creyeron cuando les leí los conceptos de Pedro de León de 1595”, dijo. En su exposición, citó documentos antiguos y crónicas que describían erupciones anteriores del mismo volcán. Según lo narrado, esos textos detallaban cómo los flujos de lodo habían afectado el valle de la quebrada Lagunilla en siglos pasados.
“En 1595 el flujo de lodo bajó por la Lagunilla y tapó todo el valle en más de cinco metros de espesor”, afirmó, añadiendo que en 1845 “volvió a pasar lo mismo y murieron mil personas”. Según su testimonio, los habitantes de Armero desconocían por completo estos antecedentes. “Ninguno sabía de estas dos erupciones ni de esas muertes”, indicó.
En la conversación con La FM, Gómez Mejía insistió en que su intención era informar y prevenir, aunque reconoció que el mensaje fue mal recibido por gran parte de los asistentes. Su relato se centró en los hechos de aquella noche en el Museo Antropológico y en la reacción que causaron sus palabras de advertencia, pronunciadas dos meses antes de la avalancha que destruyó Armero.