Luego de varios días del atentado con una volqueta bomba contra el Cantón Militar Gustavo Rojas Pinilla de Tunja, presuntamente planeado por el Frente Adonay Ardila Pinilla del ELN, la comunidad se reunió en una sentida velatón para agradecer lo que muchos consideran un verdadero milagro: que la explosión no cobrara vidas humanas.
Las ceremonias se realizaron de manera simultánea en la Iglesia San Laureano y en el barrio Prados de Alcalá, lugar donde el grupo armado abandonó el vehículo cargado con 24 artefactos explosivos improvisados. Según las autoridades, el objetivo era atacar a los militares del Distrito Militar N.º 7, el Batallón de Infantería N.º 1 General Simón Bolívar y el Batallón de Apoyo y Servicio para el Combate N.º 1 Cacique Tundama.
La alerta que evitó una tragedia
Gracias a la reacción oportuna de la comunidad y a la rápida acción del Ejército y la Policía, cerca de 700 personas fueron evacuadas antes de la detonación, que ocurrió sobre las 8:00 a.m. del 8 de noviembre, tres horas después de la instalación del vehículo. La intervención de las autoridades evitó una tragedia de grandes proporciones.
“El hecho de que no explotara en la madrugada, cuando lo instalaron, fue un milagro. Milagro de Dios y de nuestra Virgen del Milagro. Tunja es una ciudad de paz, y ni siquiera una volqueta bomba pudo romper eso”, expresó una de las asistentes a la velatón.
Un acto de fe y esperanza
Durante la jornada, decenas de ciudadanos encendieron velas, rezaron el rosario y elevaron plegarias por la paz del departamento. También compartieron el miedo y la tristeza que les dejó el atentado frustrado.
“Fue un susto muy grande. Pensamos que íbamos a morir. Que esto sirva para que reine la paz y no la guerra”, dijo entre lágrimas una habitante del sector.
Un altar en el lugar del atentado
El presbítero Joaquín Quiroz, párroco de la Iglesia Cristo Redentor, anunció que en el mismo sitio donde fue instalada la volqueta se levantará un altar a la Virgen del Milagro como símbolo de gratitud y fe.
“Este altar se construirá en acción de gracias por el don de la vida y por el mal que se evitó. Es un signo de fe, identidad y esperanza para toda la comunidad”, aseguró.
Por su parte, Edward Javier Parra, presidente de la Asociación de Juntas de Acción Comunal de Tunja, confirmó que la imagen de la Virgen fue donada por su organización y que las obras comenzarán antes de finalizar el 2025.
“En ocho días empezaremos los trabajos junto con las juntas del sector. Queremos que el altar quede en el salón comunal de Prados de Alcalá, como testimonio de unión y resistencia”, explicó.
Tunja: entre el miedo y la resiliencia
El episodio, que pudo convertirse en una tragedia, ha dejado en los tunjanos una mezcla de miedo, fe y resiliencia. Hoy, el lugar donde se instaló la volqueta se transformará en un símbolo de agradecimiento y esperanza, recordando que, incluso en medio del terror, la vida siempre puede más.