El Día de las Velitas, que se celebra cada 7 de diciembre, es una de las tradiciones más queridas para las familias colombianas. La noche se llena de luz con miles de velas y faroles que iluminan calles, balcones, parques y barrios enteros, marcando el comienzo oficial de la temporada navideña.
Más allá de su valor estético, este día representa un espacio para agradecer, pedir deseos y reforzar los lazos familiares.
En Colombia, esta celebración se ha convertido en un símbolo de unión y esperanza. Aunque la Navidad suele anticiparse desde noviembre, la noche de las velitas es reconocida como el punto de partida emocional y cultural del fin de año.
Niños, adultos y comunidades enteras se reúnen para encender sus velas, compartir alimentos típicos y vivir un momento que combina tradición religiosa, espiritualidad y costumbres familiares profundamente arraigadas.
¿Cuál es la hora ideal para encender las velitas?
Aunque no existe una regla estricta ni un protocolo formal sobre el horario exacto para encender las velitas, los colombianos suelen hacerlo a partir de las 7:00 p. m., momento en el que, por lo general, las familias ya están completamente reunidas.
Esta tradición gira alrededor de la unión familiar, por lo que la “hora ideal” depende también de que todos los miembros del hogar puedan participar. En muchas ciudades y municipios del país, especialmente en la región Andina, el encendido inicia entre las 7:00 p. m. y las 8:00 p. m., lo que transforma las calles en un espectáculo de luces y colores.
Sin embargo, el horario puede variar según la región. En algunos municipios de la Costa Atlántica, por ejemplo, es habitual esperar hasta la madrugada del 8 de diciembre para encender las velas, lo que le da un carácter más espiritual y silencioso al ritual. En cualquier caso, lo más importante es que el acto se realice en armonía, acompañado de deseos, reflexiones y agradecimientos por lo vivido durante el año.
Esta noche también se presta para disfrutar de comidas típicas como natilla, buñuelos, empanadas o arroz con leche, y para participar en actividades comunitarias, alumbrados y festivales que se realizan en destinos turísticos como Villa de Leyva, Medellín, Corrales o Quimbaya, donde la celebración adquiere mayor fuerza.
La historia del Día de las Velitas
El origen del Día de las Velitas se remonta a mediados del siglo XIX. La tradición nace del anuncio del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, proclamado el 8 de diciembre de 1854 por el papa Pío IX. Para celebrar este acontecimiento, los fieles católicos encendieron velas como símbolo de devoción y luz espiritual, práctica que muy pronto se extendió en Colombia.
Con el paso de los años, esta costumbre se transformó en una celebración popular que trascendió lo religioso. El país adoptó la fecha con un entusiasmo particular y la convirtió en parte esencial de su identidad cultural. Así, la noche del 7 de diciembre comenzó a iluminarse con velas y faroles que representaban fe, esperanza y deseos para el año que estaba por comenzar.
Hoy, el Día de las Velitas continúa siendo un ritual íntimo y colectivo, que une tradiciones, colores, sabores y momentos que fortalecen la convivencia y la memoria familiar.