Tras la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) sobre riesgos en el espacio aéreo venezolano, las principales aerolíneas que operan rutas entre Colombia y Venezuela tomaron medidas inmediatas.
Latam anunció la suspensión de todos sus vuelos previstos hacia Caracas para el 23 y 24 de noviembre, ofreciendo a los pasajeros alternativas como reprogramación sin penalidades, reembolso total o cambio de ruta hacia Cúcuta.
Avianca también canceló sus vuelos hacia la capital venezolana programados para este fin de semana, citando “ajustes operacionales” derivados del aumento de riesgos.
En contraste, Wingo y Copa Airlines mantienen sus operaciones, aunque bajo un seguimiento constante de las condiciones de seguridad.
Compañías internacionales como TAP, Gol e Iberia también ajustaron sus itinerarios: TAP y Gol suspendieron vuelos desde Venezuela, mientras Iberia decidió cancelar temporalmente sus rutas hacia Caracas “hasta nuevo aviso”.
Impacto en los pasajeros y vuelos humanitarios
La advertencia de la FAA, contenida en el Notam A0012/25, señala un “riesgo potencial” en la Región de Información de Vuelo Maiquetía (Svzm) debido al deterioro de la seguridad y al aumento de actividades militares, lo que obliga a todas las aerolíneas a revisar sus operaciones y garantizar la seguridad de pasajeros y tripulaciones.
La Aeronáutica Civil de Colombia activó un protocolo especial de seguimiento, exigiendo a los operadores nacionales informes sobre riesgos y ajustes operacionales, y coordinando con autoridades internacionales.
El impacto de esta medida no solo afecta vuelos comerciales, sino también operaciones humanitarias y de carga.
Expertos advierten que un cierre prolongado del espacio aéreo podría trasladar flujos de pasajeros y carga hacia pasos terrestres fronterizos, como San Antonio–Cúcuta o Arauquita, con infraestructura limitada para absorber la demanda.
Las aerolíneas revisarán diariamente la situación antes de reanudar vuelos hacia Caracas.
Latam indicó que las operaciones se mantendrán suspendidas mientras se evalúan los riesgos, y las autoridades aeronáuticas confirmaron que la seguridad sigue siendo un principio “intangibles y no negociable”.
La alerta estadounidense ha generado incertidumbre en la región y obliga a operadores y pasajeros a adaptarse a un panorama cambiante.
La situación será monitoreada de cerca en los próximos días, con la posibilidad de reanudación de vuelos apenas las condiciones de seguridad se estabilicen.