En el hospital público del municipio de Valdivia, en el norte de Antioquia, se recupera un menor de edad que resultó herido por ráfagas de fusil tras un ataque de guerrilleros del ELN contra la fuerza pública.
El incidente ocurrió en el sector La Paulina, donde, hace unas horas, este mismo grupo criminal incineró un bus de servicio intermunicipal, afortunadamente sin causar víctimas.
Según informaron las autoridades, el ataque se produjo cuando los criminales dispararon contra las tropas del Batallón de Infantería Liviana N.º 31 Rifles, que se encontraban en la zona tratando de restaurar el orden público.
“Como resultado de este hostigamiento, un vehículo de carga pesada fue alcanzado por los disparos, y, además, un menor de edad resultó herido. El niño fue rápidamente auxiliado por la comunidad y trasladado al hospital de Valdivia para recibir atención médica de urgencia”, informó el Ejército Nacional.
Tras el ataque, las autoridades rechazaron el hecho, señalando que este tipo de ofensivas constituye una grave violación de los Derechos Humanos y una infracción al Derecho Internacional Humanitario.
El Ejército indicó que, de inmediato, se desplegaron todas las capacidades para localizar a los responsables del ataque, indicando que los guerrilleros no solo atacan a la fuerza pública, sino que también amenazan y ponen en riesgo a la población civil.
“Seguiremos adelante con operaciones sostenidas contra los grupos armados organizados que delinquen en la región, reafirmando nuestro compromiso con la seguridad de los colombianos y con el respeto a la vida y la dignidad humana”, cita la misiva institucional.
Valdivia, en el norte de Antioquia. En esta zona confluyen intereses de distintos grupos armados ilegales que buscan controlar rutas de movilidad, economías ilícitas y el tránsito hacia la Costa Caribe. El ELN ha mantenido presencia histórica en áreas rurales del municipio y, en los últimos meses, se han reportado hostigamientos, quema de vehículos y amenazas a la población civil como mecanismos de presión y demostración de control territorial.
Estos hechos ocurren en un momento de alta tensión en varias regiones del país, tras el debilitamiento de los ceses al fuego y el recrudecimiento de acciones armadas contra la fuerza pública y bienes civiles. Autoridades y organizaciones defensoras de derechos humanos han advertido que este tipo de ataques incrementan el riesgo para comunidades rurales, especialmente niños y niñas, al desarrollarse en zonas habitadas y sobre vías principales.