El tema del narcotráfico, ausente en la agenda oficial de la IV Cumbre CELAC-Unión Europea, terminó por ocupar un lugar central en los foros y espacios previos al encuentro birregional que se desarrolla en Santa Marta. Entre llamados a un enfoque más humano y críticas a las políticas intervencionistas, distintas voces de América Latina y Europa coincidieron en que la lucha contra las drogas no puede desligarse de los derechos humanos ni de la cooperación internacional.
El embajador de la Unión Europea en Colombia, François Roudié, fue enfático en señalar que “toda lucha contra las drogas debe estar en el marco internacional de los derechos humanos”. Añadió que la UE considera fundamental fortalecer la seguridad marítima, tanto en el Caribe como en el Pacífico, para combatir los tráficos ilegales, no solo de drogas, sino también de personas y armas.
“Estamos unidos en la lucha contra los tráficos ilegales y consideramos que la lucha tiene que ser dentro del marco del derecho internacional”, subrayó Roudié, al tiempo que aclaró que la Unión Europea no participará en los diálogos entre Estados Unidos, Colombia y Venezuela sobre el tráfico de drogas. “Nuestra visión es reducir la oferta y fortalecer la seguridad”, puntualizó.
A su vez, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Juan Ramón De la Fuente, reiteró que la política exterior de su país se rige por el respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, una posición que marca distancia de los enfoques militarizados en la región.
En esa misma línea, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Mario Lubetkin, destacó la necesidad de cooperación amplia entre las dos regiones. “Estamos hablando de más de 60 países, de dos comunidades enormes. Es por ahí que tenemos que trabajar. La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado debe ser parte de nuestras resoluciones conjuntas”, afirmó.
Por su parte, el canciller de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, respaldó la posición de Colombia frente a los bombardeos estadounidenses en el Caribe. “Es un tema que vamos a discutir acá y que también se aborda en otros foros”, declaró, enfatizando la necesidad de una respuesta regional articulada.
Desde el lado colombiano, la canciller Rosa Villavicencio sostuvo que el país ya está trabajando con otros líderes para afrontar los desafíos comunes en materia de drogas y seguridad. “La lectura es que Estados Unidos se está quedando solo, mientras la sociedad civil y los jóvenes se reúnen en la previa a la Cumbre. Este es el mensaje contundente que damos: afrontar los retos trabajando en conjunto”, señaló.
En medio de un escenario marcado por tensiones geopolíticas y llamados a una “transición justa”, el presidente Gustavo Petro insistió en que la CELAC y la Unión Europea deben convertirse en un “faro democrático de la humanidad” frente a la crisis global, un mensaje que resonó con fuerza entre quienes piden replantear la guerra contra las drogas y sus consecuencias sociales.
La IV Cumbre CELAC-Unión Europea, que tiene lugar en Santa Marta, reúne a líderes de más de 60 países de América Latina, el Caribe y Europa para discutir temas de cooperación, sostenibilidad, igualdad y transición energética. Aunque el narcotráfico no figura en la agenda oficial, su impacto transversal en la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos lo volvió inevitable en el debate político y diplomático de los días previos.