La porcicultura colombiana enfrenta hoy tres desafíos que, según su presidente ejecutivo, Jeffrey Fajardo López, están frenando el avance de uno de los sectores dinámicos del agro nacional: la inseguridad en las regiones, la creciente carga tributaria sobre los hogares formales y la competencia desigual frente a la informalidad.
Jeffrey Fajardo asegura que el deterioro de la seguridad rural se vuelve un obstáculo constante para la producción. Para el dirigente, el Estado debe retomar cuanto antes el control territorial y garantizar condiciones mínimas para que las explotaciones porcinas puedan operar sin amenazas.
“Es imposible hablar de actividades estables y de largo plazo en el agro colombiano. Si no es el cierre de una vía, es un puente que se cae, una montaña que se derrumba o la llegada de extorsionistas a las granjas”, señala.
La Carga Tributaria
El segundo gran reto que identifica el gremio es la carga tributaria que hoy recae principalmente sobre las familias con trabajos formales. Según Fajardo, miles de hogares que por primera vez tuvieron que pagar impuesto de renta vieron afectado su poder adquisitivo, lo que impactó directamente la demanda de proteína animal.
“El consumidor termina desplazándose hacia productos más baratos que no cumplen con los requerimientos nutricionales de la proteína de cerdo. Esto afecta a la industria y afecta la dieta de los colombianos”, afirmó.
Economía Informal
A esto se suma la competencia con la economía informal, que, advierte, no paga impuestos ni realiza aportes al Estado, generando un desequilibrio frente a los productores formales que sí cumplen sus obligaciones.
Crecimiento del Sector
Pese a estos desafíos, Fajardo señala que el sector porcícola ha logrado un crecimiento notable. En los últimos diez años, el Producto Interno Bruto de esta industria se triplicó en términos reales, y de mantenerse este ritmo, podría convertirse en la actividad más importante del agro colombiano durante la próxima década.
Actualmente, el país cuenta con cerca de 1.500 productores formales, sin contar la agricultura familiar, que también participa de manera significativa.