Según los funcionarios de la Defensoría del Pueblo, la situación de la presencia de roedores en las oficinas de la entidad no es nueva. Desde hace varios meses han denunciado esta situación sin tener respuesta de la dirección de la entidad.
William Salazar, vicepresidente del sindicato de la Defensoría del Pueblo, anunció que el pasado 24 de mayo elevaron un derecho de petición ante el despacho del Defensor del Pueblo, Carlos Negret, exponiendo la grave situación de salubridad que afrontan los funcionarios, no solo por la fuerte presencia de roedores, sino por el hacinamiento que viven.
De acuerdo al sindicato, las dos sedes de la Defensoría (Chapinero y Centro en Bogotá), tienen tensionados a los funcionarios de la Defensoría. En la sede Chapinero, el ruido que genera la construcción de una nueva sede es fuerte y no permite un óptimo desempeño entre los trabajadores.
Salazar indicó que un grupo de trabajadores que firmaron el derecho de petición le propusieron al Defensor del Pueblo que gestione ante el Gobierno Nacional el alquiler de una nueva sede mientras terminan la construcción en Chapinero.