BanRep señala que la inflación no baja al ritmo esperado y que la economía enfrenta un escenario incierto

La inflación llegó al 5,5% y el Banco advierte que la convergencia hacia la meta tomará más tiempo debido a presiones externas y fiscales.
El aumento de la canasta familiar afectará a las personas de a pie. Crédito: Colprensa

El gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, advirtió que la convergencia de la inflación hacia la meta tomará más tiempo del previsto y que el entorno internacional sigue marcado por una elevada incertidumbre.

Durante la presentación del más reciente Reporte de Estabilidad Financiera, Villar señaló que, aunque los mercados globales han dado señales de recuperación, persisten riesgos significativos. “Hay una incertidumbre elevada asociada al incremento del endeudamiento global, a los efectos de la política comercial de Estados Unidos y a la persistencia de conflictos geopolíticos”, afirmó.

Inflación avanza con más lentitud

El gerente del Banco de la República hizo énfasis en que, pese a la recuperación económica, la inflación continúa ajustándose más lentamente de lo esperado. “El proceso de convergencia de la inflación a su nivel objetivo será más lento de lo previsto”, dijo.

Recordó que la inflación anual alcanzó el 5,5% en octubre de 2025, acumulando cuatro meses consecutivos al alza. La Junta Directiva mantiene la meta, pero reconoce que el ajuste tomará más tiempo.

Riesgos fiscales y choques externos

Villar subrayó que el entorno global sigue siendo retador por factores que pueden afectar a economías emergentes como la colombiana. “El contexto de mayores presiones fiscales y el ambiente comercial y geopolítico amplían la posibilidad de choques adversos”, afirmó.

Añadió que este panorama aumenta el riesgo de desvalorizaciones y episodios de mayor volatilidad en los mercados.

Crecimiento económico positivo, pero con sectores heterogéneos

A pesar del contexto desafiante, la economía colombiana mantiene un crecimiento positivo. El PIB avanza 2,9% en lo corrido de 2025, con una proyección cercana al 2% para fin de año, aunque con una “probabilidad alta” de superar ese nivel.

La dinámica del consumo de los hogares ha sido clave, impulsada por el mercado laboral, la recuperación del crédito y mayores ingresos por remesas y café.

Sistema financiero en recuperación, pero con riesgos

Villar explicó que el sistema financiero muestra señales de fortalecimiento desde mediados del segundo trimestre. La cartera crece y la morosidad disminuye, mientras los indicadores de capital y liquidez siguen por encima de los mínimos regulatorios.

No obstante, advirtió que “un cambio abrupto en las condiciones financieras externas podría tener un efecto desfavorable sobre la tendencia de recuperación de los intermediarios”.

También llamó la atención sobre la mayor exposición del sistema financiero a la deuda pública: “Esto lo hace más sensible a movimientos adversos en ese mercado”, señaló.

Evaluación a fondos de inversión y recomendaciones del FMI

El reporte incluye un análisis de los Fondos de Inversión Colectiva sin pacto de permanencia (FICs), que han ganado relevancia como mecanismo de ahorro y fuente de fondeo.

Una misión del Fondo Monetario Internacional revisó la regulación aplicable a estas entidades y presentó recomendaciones que el Banco está evaluando junto al Comité de Coordinación del Sistema Financiero.

Monitoreo permanente en medio de la incertidumbre

Villar cerró su intervención destacando que el Banco de la República mantendrá un seguimiento estrecho de la estabilidad financiera. “Seguiremos monitoreando la estabilidad financiera y adoptando las medidas necesarias para preservar el buen funcionamiento de la economía y del sistema de pagos”, aseguró.

Por otra parte, Carlos Andrés Quicazan, director del Departamento de Estabilidad Financiera, explicó que un cambio brusco en el tipo de cambio aumentaría los costos de financiamiento, encarecería las coberturas cambiarias y afectaría los flujos de capital.

También señaló que un deterioro adicional en las expectativas fiscales podría elevar la percepción de riesgo, los costos de financiación y presionar a la baja el valor de los títulos de deuda pública.

Otro riesgo identificado es un aumento en las restricciones comerciales y en las transferencias internacionales, con posibles impactos sobre el crecimiento, las remesas y los ingresos de empresas exportadoras, lo que podría reflejarse en su capacidad de pago.