Colombia atraviesa uno de sus momentos fiscales más complejos de los últimos años. La falta de recursos para sostener el presupuesto del próximo año llevó al Gobierno nacional a tomar una decisión excepcional: declarar la emergencia económica, una figura contemplada en la Constitución que permite actuar con rapidez cuando el país enfrenta una situación grave e inmediata.
La medida fue adoptada luego de que el Congreso archivara la ley de financiamiento, iniciativa clave para recaudar cerca de 16 billones de pesos y garantizar la estabilidad del Presupuesto General de la Nación de 2026. Sin esos recursos, el Ejecutivo quedó con un vacío fiscal que, según el Ministerio de Hacienda, pone en riesgo programas sociales y compromisos del Estado.
El decreto de emergencia económica ya fue firmado por el presidente Gustavo Petro y sus ministros, y posteriormente radicado, según confirmó el ministro del Interior, Armando Benedetti.
¿Qué significa declarar una emergencia económica?
La emergencia económica es un mecanismo constitucional que se activa cuando hechos extraordinarios alteran el orden económico o social del país. En este escenario, el presidente queda facultado para expedir decretos con fuerza de ley, con el objetivo de atender la crisis sin pasar por el trámite habitual del Congreso.
Este tipo de decretos tiene la misma validez que una ley ordinaria, pero su aplicación es temporal y está sujeta al control de la Corte Constitucional, que evalúa si las medidas son proporcionales y justificadas.
En la práctica, la emergencia económica permite al Gobierno reorganizar recursos, modificar el esquema de ingresos y adoptar decisiones urgentes para evitar un deterioro mayor de las finanzas públicas.
El origen de la crisis fiscal
El detonante de esta situación fue el archivo de la ley de financiamiento en las comisiones económicas del Congreso, ocurrido el pasado 9 de diciembre. Esta iniciativa buscaba obtener nuevos ingresos para cerrar el déficit fiscal y asegurar la continuidad de políticas incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, ha insistido en que sin esos recursos el país enfrenta una desfinanciación que obliga a tomar decisiones inmediatas. De no hacerlo, el escenario sería un recorte significativo del gasto público o el aplazamiento de partidas clave.
¿Qué cambios traen los decretos con fuerza de ley?
Con la emergencia económica, el Gobierno podrá expedir decretos legislativos orientados a resolver el problema de caja del Estado. Entre las acciones previstas están ajustes tributarios, reasignación de recursos y cambios en el manejo del presupuesto.
Por su parte, Armando Benedetti, ministro del Interior, confirmó que el enfoque estará en nuevos impuestos dirigidos a sectores con mayor capacidad económica, como licores, juegos de azar y grandes entidades financieras que otorgan crédito. Según Benedetti, la estrategia busca que la carga no recaiga sobre la clase media, sino sobre quienes concentran mayores ingresos.
¿Quién controla estas decisiones?
Aunque los decretos se expiden de manera directa, no quedan sin supervisión. La Corte Constitucional revisa cada medida para verificar que exista una relación directa con la crisis que motivó la emergencia económica y que no se vulneren derechos fundamentales.
Además, el Congreso mantiene la facultad de ejercer control político sobre las decisiones del Ejecutivo, incluso durante el estado de excepción.
Un escenario excepcional con impacto nacional
La declaración de la emergencia económica marca un punto de quiebre en el debate fiscal del país. Para el Gobierno, es la vía para garantizar la continuidad de programas sociales y evitar un mayor deterioro financiero. Para los críticos, es una señal de la fragilidad del modelo presupuestal actual.
Lo cierto es que, con el decreto ya firmado y radicado, Colombia entra en una etapa donde las decisiones económicas se tomarán con mayor rapidez, bajo la lupa de los organismos de control y con impacto directo en el bolsillo del país, y en este caso, según Benedetti, tendrá mayor impacto en aquellos que tienen más capacidad económica en el país.