Las entrevistas de trabajo están diseñadas para evaluar conocimientos, experiencia y habilidades. Sin embargo, no es extraño que algunos reclutadores formulen preguntas que se salen de ese propósito y tocan ámbitos íntimos que nada tienen que ver con la idoneidad del candidato. Aunque en Colombia no existe una lista oficial de preguntas “prohibidas”, sí hay límites éticos y legales relacionados con la no discriminación y el respeto por la vida privada.
Lo que no debería preguntarse en una entrevista de trabajo
Especialistas en reclutamiento advierten que cuestiones relacionadas con embarazo, orientación sexual, creencias religiosas o afinidades políticas no deberían ser parte del proceso de selección. Sitios especializados como Computrabajo señalan que preguntas del tipo “¿Piensa tener hijos?”, “¿A qué iglesia pertenece?” o “¿Por quién vota?” no aportan información relevante sobre el desempeño laboral y, por el contrario, pueden evidenciar sesgos de la organización.
Ante este tipo de situaciones, los expertos sugieren respuestas firmes, respetuosas y orientadas a reconducir la conversación. Una fórmula útil puede ser: “Mis circunstancias personales nunca han afectado mi desempeño profesional; por eso considero que no son relevantes para evaluar mi compatibilidad con el cargo”. Este tipo de respuesta permite al candidato fijar un límite sin confrontar al entrevistador.
Además, este tipo de interrogantes pueden servir como alerta. Si una empresa insiste en indagar asuntos íntimos, es posible que no cuente con una cultura organizacional respetuosa de la diversidad o de la autonomía de sus trabajadores. En esos casos, el postulante también puede valorar si realmente desea avanzar en el proceso.
Otras preguntas que no deben hacerle en su entrevista de trabajo son:
Estado civil
¿Está casado o casada?
¿Tiene hijos o planea tenerlos?
¿Cuál es su orientación sexual?
Lo que sí deberían preguntarle
Portales como Indeed recuerdan que las entrevistas bien estructuradas se centran en cuatro áreas clave:
- Formación académica: Las preguntas buscan entender la preparación del candidato, sus intereses y las razones que lo llevaron a escoger su campo profesional. Conocer bien la propia hoja de vida es esencial para responder con seguridad.
- Experiencia laboral: Aquí se indagan proyectos, responsabilidades, logros y aprendizajes en trabajos anteriores. Se espera que el aspirante pueda explicar su trayectoria de manera clara y concreta.
- Información profesional general: En este apartado suelen aparecer preguntas sobre fortalezas, áreas de mejora, metas a futuro y formas de trabajo en equipo.
- Aspectos personales relevantes para el rol: Sin invadir la intimidad, es común que el reclutador busque conocer motivaciones, valores y ejemplos de situaciones que reflejen cómo actúa el candidato ante retos laborales.
Una buena entrevista debe centrarse en lo que realmente determina el desempeño profesional. Si el diálogo deriva hacia ámbitos personales irrelevantes, el candidato no solo tiene derecho a no responder: también puede aprovechar el momento para evaluar si ese es el tipo de organización en la que quiere trabajar.