El Gobierno y el Congreso avanzan en la discusión de la reforma tributaria, que busca asegurar los recursos para el Presupuesto del próximo año. La propuesta incluye ajustes tras los consensos alcanzados con sectores políticos y empresariales y plantea cambios en impuestos a productos, ingresos altos e importaciones.
La reforma tributaria presentada por el Gobierno tiene como objetivo recaudar 16,3 billones de pesos para financiar el Presupuesto General de la Nación del 2026, que asciende a 546,9 billones.
La Comisión Tercera de la Cámara de Representantes informó que la ponencia para el primer debate deberá estar lista en las dos primeras semanas de noviembre, tras recibirse la comunicación oficial el 30 de octubre.
En las conversaciones con congresistas, el Gobierno aceptó retirar el IVA a la cerveza, en medio del recorte de 10 billones acordado para ajustar el alcance de la reforma. Sin embargo, representantes del sector licorero han advertido que otros productos de esa cadena productiva podrían entrar en la lista de bienes gravados, lo que ha generado inquietud en actividades relacionadas con el comercio, el turismo y el entretenimiento.
La directora de Prolicores, Catalina Lasso, señaló que un aumento de hasta 40% en los impuestos al alcohol afectaría a trabajadores del sector y pidió revisar los efectos de la propuesta.
Otro de los cambios anunciados por el Ejecutivo es la exclusión del IVA a la gasolina. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, reiteró que la reforma no modificará los precios de los bienes esenciales de la canasta familiar y que el esfuerzo se concentrará en los ingresos altos.
EL funcionario también aseguró que la iniciativa mantiene el enfoque progresivo, con mayor carga para quienes tengan capacidad de pago más alta.
Pese a los ajustes, continúan en el texto impuestos como el gravamen al patrimonio, el impuesto a la renta, tributos ambientales y el impuesto al sector financiero. Además, la propuesta incluye un IVA de hasta 19% para productos importados que hoy no pagan ese impuesto, medida que encarecería artículos extranjeros y modificaría las condiciones de competencia con productos nacionales.
Desde los centros de análisis económicos como Anif, se han reiterado advertencias sobre el impacto de algunas medidas en la inversión y el ahorro. El centro de estudios señaló que en versiones anteriores del proyecto se proponían cambios que podrían reducir el dinamismo económico y pidió evaluar de manera técnica los efectos sobre empresas y consumidores.
El Gobierno espera que la ponencia quede lista este mes y que el Congreso vote el texto antes de finalizar el año fiscal. Las siguientes sesiones serán clave para definir si se mantienen los acuerdos alcanzados y cómo quedarán finalmente estructurados los tributos que entrarán en vigor el próximo año.
Con los ajustes en marcha, el debate se concentra en cómo equilibrar la necesidad de recursos para financiar el Presupuesto con las preocupaciones de sectores productivos y el impacto en hogares y empresas. Las próximas discusiones definirán el alcance final de la reforma tributaria.