El reciente decreto del Gobierno nacional, que establece un aumento del salario mínimo del 23,8 %, ha generado reacciones encontradas en el sector laboral colombiano. Mientras las principales centrales obreras califican la medida como un "triunfo histórico", otros sectores sindicales e independientes advierten sobre posibles efectos negativos en la informalidad y las pequeñas empresas.
Con este ajuste, el salario base queda en $1.750.905, que sumado a un subsidio de transporte de $249.095, totaliza un ingreso mensual de $2.000.000 para los trabajadores colombianos.
Un avance hacia el "salario vital"
Para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la decisión representa un hito en la política laboral del país. Fabio Arias, presidente de la organización, manifestó que el gremio recibió la noticia con entusiasmo. "Es un incremento salarial que nunca habíamos tenido los trabajadores en toda nuestra historia", afirmó.
Según Arias, este ajuste marca un quiebre frente a las políticas de administraciones anteriores y se alinea con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el salario mínimo vital. Respecto a las críticas de los gremios empresariales, el dirigente fue enfático: “Dato mata relato. Decían que subir el salario generaría desempleo e inflación, pero hemos visto crecimiento económico y fortalecimiento del consumo en los hogares”.
En sintonía, Diana Gómez, integrante de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), calificó el incremento como un "salto social". Gómez destacó que, aunque las expectativas iniciales de las centrales rondaban el 16 %, el resultado final permitirá que el ingreso real de los trabajadores impacte positivamente en su calidad de vida y se acerque al costo real de la canasta familiar.
Voces de alerta por la informalidad y las Pymes
A pesar del optimismo mayoritario en los sindicatos, la Confederación General del Trabajo (CGT) Democrática e Independiente manifestó su preocupación. Jorge Iván Díez Vélez, presidente de esta colectividad, advirtió que el aumento podría ser contraproducente para los sectores más vulnerables.
"Más de 13,5 millones de trabajadores que están en la informalidad no devengarán este salario", señaló Díez Vélez. Asimismo, alertó sobre dos grupos que podrían verse afectados:
- Pensionados: Sus ingresos suelen ajustarse con base en la inflación (IPC) y no con el salario mínimo, lo que genera una brecha frente al costo de vida.
- Trabajadores sindicalizados: Muchos convenios colectivos establecen incrementos inferiores al 10 %, por lo que no verán reflejado el beneficio decretado por el Gobierno.
Finalmente, el dirigente expresó su inquietud por la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), las cuales enfrentarán costos laborales que podrían derivar en despidos. “El Gobierno ha cometido una grave equivocación con un incremento que supera con creces las expectativas y que podría encarecer bienes y servicios”, concluyó.
El ajuste salarial, uno de los más altos en la historia reciente de Colombia, deja servido el debate sobre el equilibrio entre la reivindicación de los derechos laborales y la estabilidad macroeconómica del país.