Salario mínimo 2026 y vivienda: Camacol advierte posible alza del 10% en precios

En el sector de la construcción, intensivo en mano de obra, este incremento eleva directamente los costos de construcción.
Camacol también advierte sobre las implicaciones laborales. Crédito: Alcaldía de Medellín.

Camacol manifestó su preocupación frente al aumento del salario mínimo para 2026, considerando que podría generar un impacto significativo en el precio de la vivienda, especialmente en la Vivienda de Interés Social (VIS).

El gremio explica que el salario mínimo funciona como índice para múltiples costos: “tarifas, servicios, sanciones, costos de seguridad social y salud y, de manera particularmente sensible, el precio de la vivienda de interés social”, indicó la entidad.

En el sector de la construcción, intensivo en mano de obra, este incremento eleva directamente los costos de construcción. Según estimaciones preliminares de Camacol, “este choque de costos podría generar un incremento cercano al 4% en los costos totales de construcción”, presión que termina trasladándose al precio final de la vivienda.

Para la VIS, cuyo valor está definido en salarios mínimos, el aumento eleva automáticamente los precios máximos, lo que, según Camacol, “deteriora su asequibilidad y expulsa del mercado a miles de hogares, en particular familias independientes, informales o con ingresos variables”. El gremio estima que el impacto agregado en el precio de la vivienda podría acercarse al 10%.

Efectos en el empleo y la economía

Camacol también advierte sobre las implicaciones laborales. “Mejorar el ingreso de quienes hoy están en el empleo formal no puede hacerse a costa de frenar la generación de nuevos empleos, presionar la inflación y encarecer la vivienda social. El resultado termina siendo más exclusión y menor bienestar”, afirmó Guillermo Herrera, presidente de Camacol.

El gremio señala que el aumento del salario mínimo encarece la contratación formal y profundiza las tensiones del mercado laboral, donde cerca del 55% de los ocupados se encuentra en la informalidad. Para estos trabajadores, la decisión “no se traduce en un beneficio real, pero sí en un mayor costo de vida”.

Propuesta de política integral

Camacol insistió en que el salario mínimo no puede ser el único instrumento de política social. La entidad planteó la necesidad de estrategias basadas en “crecimiento económico, aumento de la productividad, generación de empleo formal, transferencias focalizadas y políticas de vivienda que amplíen —y no restrinjan— el acceso de los hogares a una solución habitacional digna”.