El aumento del salario mínimo en Colombia para 2025 se da en un escenario regional marcado por contrastes entre inflación, poder adquisitivo y ajustes salariales, según un análisis comparativo de los incrementos decretados en América Latina en La FM. Colombia encabeza la lista de aumentos junto a Venezuela.
En el país, el incremento del salario mínimo para 2025 fue anunciado por el Gobierno como una medida para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores frente al aumento del costo de vida. El incremento total fue del 23 %, lo que llevó el salario mínimo de $1.423.500 a $2.000.000, incluido el auxilio de transporte.
Contrastes salariales e inflación en América Latina
La comparación regional evidencia que ningún país enfrenta una dinámica homogénea en inflación ni en capacidad real de compra. Venezuela lidera el aumento porcentual del salario mínimo integral, con 23,8 %, aunque su ingreso mensual apenas alcanza los 160 dólares y convive con una inflación estimada del 483 %, lo que reduce de forma significativa el impacto del ajuste.
Bolivia, con un salario mínimo de 474 dólares, aplicó un aumento del 20 % en un contexto inflacionario del 19,6 %, uno de los más altos de Sudamérica después de Venezuela y Argentina. En este caso, el ajuste busca sostener el ingreso real.
Argentina, por su parte, registra uno de los salarios mínimos más bajos de la región medido en dólares, con 230 dólares mensuales, tras un aumento del 12,49 % frente a una inflación del 31,4 %. La brecha entre salarios y precios refleja una pérdida persistente del poder adquisitivo, dinámica que Colombia ha intentado evitar con sus decisiones recientes.
Países con inflación controlada y ajustes moderados
En contraste, los países con inflación controlada implementaron aumentos más moderados. Uruguay, con el salario mínimo más alto de Sudamérica en dólares (648), realizó dos incrementos que suman 7,54 %, con una inflación del 4,1 %. Chile, con 590 dólares, decretó un aumento del 5,19 % en un entorno inflacionario del 3,4 %. Brasil, con 295 dólares mensuales, ajustó 6,79 % frente a una inflación del 4,46 %.
Perú presenta un caso particular: aunque su salario mínimo permaneció congelado desde 2022 en 335 dólares, registró un ajuste del 10,2 % con una inflación baja, del 1,37 %, lo que se tradujo en una mejora real del ingreso. Ecuador, con un salario mínimo de 470 dólares, aplicó el incremento más bajo de la región, del 2,6 %, con una inflación del 1,05 %.
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Finalmente, Paraguay, con un salario mínimo de 428 dólares, estableció un aumento del 3,6 % que entrará en vigor el 1 de julio de 2026, en línea con una inflación del 4,1 %.