En febrero de 2013, el papa Benedicto XVI anunció su renuncia, hecho que marcó un precedente sin igual en la historia de la religión católica.
Este 31 de diciembre, Benedicto falleció a las 9.34 horas locales con 95 años de edad, en el monasterio Mater Ecclesiae, lo que ha creado bastantes interrogantes entre los creyentes.
Una de estas y seguramente la más importante es, cómo era la relación del papa emérito y el Papa Francisco.
En su momento, el papa Francisco dijo: “Es como tener al abuelo en casa”, aunque la realidad no fue tan idílica.
La relación de ambos se convirtió en una convivencia discreta y amistosa, sin embargo, al paso del tiempo, surgieron los problemas de la presencia de dos voces que representaban a las dos Iglesias, la conservadora de Ratzinger y la reformista de Bergoglio.
Federico Lombardi, su portavoz, destacó la “solidaridad espiritual” entre los papas Francisco y Benedicto XVI y aclaró que en ningún momento hubo temores sobre la situación que se creó porque “el papado es servicio y no poder”.
Además, habría mencionado que habían varios encuentros, “uno ha ido a casa del otro y viceversa”, además de mantenerse en contacto a través del teléfono o mediante mensajes.
Incluso, Francisco estuvo en contacto con Benedicto XVI hasta el final de sus días y lo visitó en sus últimos días. Además, no faltó nunca su visita por el cumpleaños o para felicitarle la Navidad.