Tras 35 días, el cierre del Gobierno de Estados Unidos se encamina a ser el más largo de la historia

Algunos senadores proponen extender la financiación hasta el 19 de diciembre para forzar un acuerdo antes de Navidad

El enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y los líderes demócratas del Congreso amenaza con romper un nuevo récord histórico. Si el cierre del gobierno federal continúa hasta este miércoles, superará los 35 días del bloqueo de 2018-2019, el más prolongado registrado hasta ahora, también durante el primer mandato de Trump.

El martes, día de las elecciones en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York, marcará el punto de empate con aquel cierre, consecuencia entonces de la disputa sobre la financiación del muro fronterizo. Hoy, el pulso político gira en torno a la renovación de los créditos fiscales para la atención médica, que los demócratas exigen discutir antes de aprobar cualquier reapertura del gobierno.

El ambiente en Washington refleja agotamiento y resignación. “No usaría la palabra ‘sorprendido’”, admitió el senador republicano John Kennedy, de Luisiana. “Me decepciona”. Pese a que no hay señales públicas de un acuerdo, varios legisladores sugieren avances discretos. “Se están logrando progresos”, aseguró el senador demócrata Gary Peters, de Michigan, mientras su colega republicana Susan Collins añadió que “la situación es más favorable que la semana pasada”, aunque evitó hablar de un acuerdo inminente.

Mientras tanto, las consecuencias humanas del cierre son cada vez más visibles. Cientos de miles de empleados federales civiles siguen sin recibir salario, muchos obligados a recurrir a bancos de alimentos. Los aeropuertos reportan demoras crecientes por falta de personal de la TSA y de controladores aéreos, y 42 millones de estadounidenses dependientes del programa SNAP recibirán solo la mitad de su beneficio mensual.

El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, fue contundente: “Las historias de este fin de semana fueron vergonzosas y repugnantes. Gente haciendo fila en bancos de alimentos, repartiendo víveres en lugar de dulces de Halloween. Maestros pagando de su bolsillo para alimentar a sus alumnos”.

Sin embargo, ni Trump ni los líderes del Congreso parecen actuar con urgencia. El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, someterá este martes a votación por decimocuarta vez el mismo proyecto de financiación aprobado por la Cámara, mientras los demócratas prometen bloquearlo de nuevo. Thune insiste en que “las dos partes se están acercando a una salida” y que ofrecerá a los demócratas la posibilidad de votar sobre los subsidios de Obamacare “una vez reabierto el gobierno”.

En el frente operativo, la administración Trump ha buscado atenuar el impacto del cierre. El presidente ordenó al secretario de Defensa, Pete Hegseth, usar fondos de investigación del Pentágono para pagar a las tropas, y destinó 450 millones de dólares de ingresos aduaneros para mantener el programa de nutrición WIC. Además, tras un fallo judicial, el Departamento de Agricultura deberá utilizar fondos de emergencia para mantener parcialmente los beneficios del SNAP durante noviembre.

El líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, denunció la maniobra: “Es extraordinario que Donald Trump y los republicanos corruptos estén reteniendo voluntariamente los beneficios del SNAP a 42 millones de estadounidenses”.

El debate interno también fractura al Partido Republicano. Algunos, como la senadora Collins, proponen extender la financiación hasta el 19 de diciembre para forzar un acuerdo antes de Navidad. Otros, como Rick Scott, prefieren aplazar la negociación hasta el 15 de enero de 2026 para evitar lo que califican de “recopilatorio navideño”. “La única forma de impedirlo es aguantar hasta enero”, sostuvo el senador por Florida.

Mientras el país entra en la quinta semana de parálisis federal, las negociaciones continúan en el Capitolio entre un cansancio político creciente y un clima social cada vez más tenso. “La gente está agotada de este cierre y de todo lo que conlleva”, resumió el veterano senador demócrata Dick Durbin, que se retira tras más de 40 años en el Congreso. “Pero seguimos estancados en lo mismo: qué hacer con los costos de la atención sanitaria”.