En una jornada marcada por turbulencias políticas sin precedentes en Kiev, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski anunció que Andriy Yermak, jefe de la Oficina del Presidente y su aliado más influyente, presentó su renuncia luego de los registros efectuados por la Oficina Nacional Anticorrupción (NABU) el 28 de noviembre. La salida del poderoso jefe de gabinete se produce en plena crisis institucional, detonada por un escándalo de corrupción que ya compromete a varios altos funcionarios del círculo presidencial.
Zelenski confirmó la dimisión en un comunicado nocturno en el que agradeció a Yermak por su rol en la diplomacia presidencial. “Habrá un reajuste en la Oficina del Presidente”, afirmó. “Andriy Yermak, jefe de la Oficina del Presidente, ha presentado su dimisión. Le agradezco que siempre haya presentado la postura de Ucrania en la vía de las negociaciones tal como debía ser”. El mandatario subrayó que desea “evitar rumores y especulaciones” sobre la estructura interna del gobierno.
La renuncia se inscribe en el contexto del mayor caso de corrupción registrado durante el mandato de Zelenski, un esquema vinculado a la empresa nuclear estatal Energoatom, donde la NABU acusa a ocho personas de integrar una red dirigida, presuntamente, por Timur Mindich, estrecho colaborador del presidente. Mindich huyó del país antes de ser imputado, motivo por el cual Zelenski lo sancionó e incluyó en la lista de personas buscadas.
Según investigadores citados por Ukrainska Pravda, Yermak aparece mencionado en la causa bajo el alias “Ali Baba”, una referencia que sugiere presunto involucramiento en maniobras destinadas a interferir en las tareas de los detectives anticorrupción. El fiscal jefe anticorrupción, Oleksandr Klymenko, afirmó recientemente que “Ali Baba está celebrando reuniones y asignando tareas a las agencias de aplicación de la ley para garantizar que persigan a los detectives de la NABU y a los fiscales anticorrupción”.
En paralelo, fuentes policiales indicaron al Kyiv Independent que una de las casas de lujo financiadas con fondos del esquema Energoatom estaba destinada a Yermak, una acusación particularmente delicada dado su rol central en la estructura de poder presidencial. Hasta ahora, ni Yermak ni la Oficina del Presidente han respondido a estas revelaciones.
La crisis se profundizó tras el despido, el 19 de noviembre, del ministro de Justicia Herman Halushchenko y de la ministra de Energía Svitlana Hrynchuk, aunque ninguno de ellos enfrenta todavía cargos formales.
Pese a la presión pública y las críticas internas, Zelenski había defendido férreamente a Yermak. Incluso lo designó para encabezar la delegación ucraniana en las conversaciones con Estados Unidos en Suiza el 23 de noviembre, tras la presentación por parte del presidente Donald Trump de un plan de paz ampliamente cuestionado por favorecer los intereses rusos.
Desde su nombramiento en 2020, Yermak acumuló una influencia sin precedentes dentro del gobierno ucraniano. Zelenski siempre rechazó las acusaciones de excesiva concentración de poder. “Yermak es un gestor poderoso. Lo respeto por sus resultados. Hace lo que le digo y lleva a cabo sus tareas”, declaró a Bloomberg. En 2021, había sido aún más categórico: “Vino conmigo y se irá conmigo. Y no se quedará en ningún cargo”.