En una jornada electoral marcada por una participación excepcional y una clara victoria para los demócratas, Zohran Mamdani, de 34 años, fue elegido alcalde de Nueva York, convirtiéndose en el más joven en ocupar el cargo en más de cien años y el primero de religión musulmana. El socialista demócrata arrasó en las urnas con una campaña que combinó el mensaje de justicia social con un fuerte llamado a la esperanza.
“Esta ciudad les pertenece”, proclamó Mamdani entre vítores en el teatro Paramount de Brooklyn, donde celebró su victoria junto a miles de seguidores. “Para llegar a cualquiera de nosotros, tendrán que pasar por encima de todos nosotros”, añadió, en un mensaje que sonó tanto a celebración como a desafío directo al presidente Donald Trump, cuya administración sufrió una noche electoral desastrosa.
Los resultados supusieron un duro revés para el primer año de mandato de Trump, quien había llegado a la Casa Blanca prometiendo revitalizar la economía. Sin embargo, las derrotas republicanas en estados clave demostraron que los votantes siguen resentidos por la presión económica y dispuestos a castigar al partido en el poder.
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Mamdani, que derrotó al exgobernador Andrew Cuomo —quien se postuló como independiente tras perder las primarias demócratas—, no evitó los dardos: “Le deseo a Andrew Cuomo lo mejor en su vida privada. Pero que esta noche sea la última vez que pronuncie su nombre”, dijo entre aplausos.
El ascenso de Mamdani, hijo de inmigrantes ugandeses de origen indio, ha despertado un entusiasmo singular entre los jóvenes. Según reportaron The New York Times, su campaña sirvió de punto de encuentro para una generación “espiritualmente desorientada y socialmente aislada” tras la pandemia. “Adictos a sus pantallas, con dificultades económicas, los jóvenes neoyorquinos encontraron una razón para salir de casa: la candidatura de Zohran Mamdani”, escribieron los periodistas Emma Goldberg y Benjamin Oreskes.
“La esperanza sigue viva”, insistió Mamdani en su discurso, asegurando que los votantes eligieron “la esperanza sobre la tiranía” y “la esperanza sobre la desesperación”.
Una ola azul en todo el país
La victoria de Mamdani fue el rostro más visible de una noche triunfal para el Partido Demócrata. En Virginia, Abigail Spanberger se convirtió en la primera gobernadora del estado, tras una campaña que criticó los despidos y cierres de gobierno impulsados por Trump. En su discurso de victoria, prometió ser “gobernadora de todos los virginianos”, marcando un tono de unidad frente a la polarización nacional.
En Nueva Jersey, Mikie Sherrill logró una victoria aplastante en una contienda que las encuestas pronosticaban reñida. Su campaña se centró en denunciar el intento de Trump de cancelar un importante proyecto de transporte y en presentar a su rival como el “Trump de Trenton”.
La participación fue histórica: más de dos millones de neoyorquinos votaron en la alcaldía, casi el doble que hace cuatro años, y Nueva Jersey superó los tres millones de votos por primera vez.
En California, los votantes aprobaron una medida electoral para rediseñar los distritos a favor de los demócratas, lo que podría otorgarles hasta cinco nuevos escaños en la Cámara de Representantes. El gobernador Gavin Newsom, impulsor del plan, celebró el resultado como un “triunfo del partido en ascenso” y reforzó su perfil nacional mientras sopesa una posible candidatura presidencial en 2028.
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Otras victorias locales
En Detroit, Mary Sheffield se convirtió en la primera alcaldesa en la historia de la ciudad; en Maine, los votantes aprobaron una ley que permite a las familias solicitar la retirada de armas a parientes peligrosos; y en Pensilvania, los demócratas retuvieron su mayoría en la Corte Suprema estatal.
Incluso en Georgia, donde los republicanos dominaban desde hace casi dos décadas, los demócratas ganaron dos asientos en la junta estatal de servicios públicos, un golpe simbólico a la hegemonía conservadora en el sur.