El huracán Melissa, considerado el más poderoso del Atlántico en casi 100 años, avanza debilitado este jueves hacia las Bermudas, tras su devastador paso por Cuba y Jamaica, donde dejó una treintena de muertos, la mayoría en Haití.
El Gobierno de las Bahamas suspendió la alerta por huracán en el centro y sureste del país, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), que en su boletín de la madrugada pidió a la población seguir las recomendaciones locales ante el riesgo de líneas eléctricas caídas e inundaciones.
Las inundaciones en Cuba, Jamaica, Haití y República Dominicana comenzarán a remitir, informó la agencia estadounidense, que ubicó el ojo de Melissa a más de 1.000 kilómetros de Bermudas, donde se prevé que llegue como categoría uno.
En Cuba, Melissa desató una ola de destrucción en el este del país, que enfrenta una profunda crisis económica. El presidente Miguel Díaz-Canel confirmó “daños cuantiosos” en las provincias de Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo, donde el agua cubrió calles y viviendas.
En Santiago de Cuba, el techo de la casa de Mariela Reyes, de 55 años, salió volando durante la tormenta. “No es fácil perder todo lo que uno tiene”, relató a AFP, mientras los vecinos usaban machetes para despejar árboles caídos en las calles.
Las autoridades evacuaron a 735.000 personas, principalmente en las zonas más golpeadas.
Con vientos de 300 km/h, Melissa superó la potencia de huracanes históricos como Katrina (2005). En Jamaica, tocó tierra el martes con la misma fuerza, convirtiéndose en el más potente en 90 años, según un análisis de AFP basado en datos de la NOAA.
El conocido como huracán del Día del Trabajo de 1935 fue el último en alcanzar esa magnitud, con presión atmosférica de 892 milibares.
El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, declaró al país “zona de desastre”, mientras la ONU describió la devastación como de “niveles nunca vistos”.
El Reino Unido anunció vuelos de evacuación para sus ciudadanos, mientras científicos advierten que el cambio climático está intensificando la fuerza y frecuencia de las grandes tormentas.