La Cámara de Representantes de Estados Unidos se encamina este martes a aprobar por una mayoría aplastante un proyecto de ley que obligará al Departamento de Justicia a publicar todos sus archivos relacionados con el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein. La medida, impulsada por legisladores de ambos partidos, representa una victoria significativa tras meses de presiones internas, maniobras políticas y tensiones con la Casa Blanca.
El avance del proyecto tomó un nuevo impulso el fin de semana, cuando el presidente Donald Trump —quien inicialmente buscó frenar la iniciativa— cambió de postura y pidió a los republicanos apoyar la legislación. El respaldo presidencial desbloqueó un apoyo aún mayor dentro del partido.
Los representantes Thomas Massie (R–Kentucky) y Ro Khanna (D–California), coautores del proyecto, aseguran estar cerca de reunir una mayoría capaz de “blindar” la medida frente a cualquier eventual veto. Estiman que hasta 100 republicanos podrían votar a favor, cifra que podría aumentar tras el giro de Trump.
Tom Emmer, líder de la mayoría republicana en la Cámara, fue más lejos: “Casi todos votarán a favor”, dijo a NBC News, subrayando que la dirección republicana no está dictando cómo deben votar sus miembros.
Presión creciente sobre el Senado republicano
Una aprobación abrumadora en la Cámara generaría una enorme presión sobre el Senado —controlado también por los republicanos— para someter la medida a votación.
El senador John Barrasso, coordinador de la mayoría, aseguró que el partido está a favor de la transparencia, pero evitó comprometerse a tramitar el proyecto: “Veremos si envían algo al Senado. Y si lo hacen, lo analizaremos. Queremos transparencia y rendición de cuentas”, afirmó en Meet the Press.
La rebelión interna que obligó a la votación
En la Cámara, los demócratas ya estaban unidos a favor del proyecto, y el empuje decisivo llegó cuando la representante Adelita Grijalva (D–Arizona) se convirtió en la firma número 218 de la petición de destitución, un mecanismo que permite saltarse a la dirección de la Cámara y forzar una votación en el pleno.
Tras ello, una avalancha de republicanos anunció que también apoyarían la medida, pese a los esfuerzos previos de la Casa Blanca por detenerla.
Según fuentes citadas por el medio NBC News, Trump y su equipo habían intentado persuadir a varias congresistas republicanas para que retiraran su firma de la petición. El viernes, en paralelo, Trump ordenó a la fiscal general Pam Bondi investigar los vínculos de Epstein con figuras demócratas y entidades financieras.
Pero ante la inminente derrota política, Trump dio un giro completo y anunció en Truth Social que los republicanos debían votar a favor.
El lunes, desde el Despacho Oval, reiteró su apoyo y aseguró que firmará la ley si llega a su escritorio.
Trump intenta ubicarse a distancia de Epstein
Trump insistió nuevamente en que no tuvo vínculos relevantes con Epstein:
“Algunas de las personas que mencionamos están siendo investigadas muy seriamente por su relación con Jeffrey Epstein, pero ellas estuvieron con él todo el tiempo; yo no. Yo no estuve con él en absoluto.”
Argumentó además que el tema no debe distraer al Partido Republicano:
“Lo que no quiero que haga Epstein es desviar la atención del gran éxito del Partido Republicano, incluyendo el hecho de que los demócratas son totalmente culpables del cierre del gobierno”.
Detrás de cámaras, varios aliados conservadores habrían presionado a la Casa Blanca para cambiar de estrategia, advirtiendo sobre deserciones masivas dentro del caucus republicano si Trump seguía oponiéndose.
Documentos ya entregados y correos que mencionan a Trump
El Departamento de Justicia ha entregado decenas de miles de documentos al Comité de Supervisión de la Cámara, que ya ha hecho públicos varios de ellos.
La semana pasada, los demócratas del comité publicaron correos entregados por los herederos de Epstein, entre ellos uno de 2019 en el que Epstein escribió:
“Por supuesto que sabía lo de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”, refiriéndose supuestamente a Trump. Sin embargo, Epstein no lo acusó de ningún delito.
Trump ha negado de manera reiterada cualquier participación o conocimiento de las actividades criminales de Epstein.
Ambos coincidieron socialmente en los años ochenta y noventa, incluido un evento en Mar-a-Lago en 1992, pero se distanciaron posteriormente. Trump asegura que le prohibió la entrada a Epstein en los 2000 tras enterarse de comportamientos inapropiados en su club.
Qué ordena exactamente el proyecto de ley
La legislación exige que el fiscal general publique, en un formato consultable y descargable, todos los registros no clasificados sobre Epstein y Ghislaine Maxwell: Comunicaciones internas del Departamento de Justicia, correos, notas y materiales de investigación, registros de vuelo y de viajes y documentos relacionados con personas y entidades vinculadas al caso.
Todo ello deberá hacerse público dentro de los 30 días posteriores a la entrada en vigor de la ley.
La fiscal general Pam Bondi podrá censurar nombres de víctimas y cualquier información que pueda poner en riesgo investigaciones federales en curso.
Resistencia de Mike Johnson
El presidente de la Cámara, Mike Johnson (R–Luisiana), ha sostenido durante meses que el proyecto es innecesario. Asegura que el Comité de Supervisión ya tiene una investigación abierta y ha publicado miles de documentos.
Consultado sobre el cambio de postura de Trump, Johnson evitó responder directamente y defendió que su preocupación es proteger a las víctimas:
“Nunca ha tenido nada que ocultar. Él y yo compartíamos la misma preocupación: garantizar que las víctimas de estos crímenes atroces estén completamente protegidas de la divulgación”.