Cristianos en Gaza celebran la Navidad, después de más de dos años de guerra

Según la Iglesia de la Sagrada Familia, al menos 23 cristianos palestinos han muerto durante la guerra.
Palestinos en Gaza. Crédito: AFP

Entre escombros, edificios derrumbados y un paisaje marcado por más de dos años de guerra, los cristianos palestinos de Gaza se preparan para una Navidad inédita: la primera sin la amenaza constante de bombardeos y ataques desde el inicio del conflicto.

En una ciudad devastada, comienzan a aparecer escenas poco habituales de color, brillo y luz, símbolos de una esperanza frágil pero persistente.

El cambio de atmósfera es posible gracias al cese del fuego que se mantiene en gran medida desde hace más de dos meses, tras la entrada en vigor de su primera fase.

Para la pequeña comunidad cristiana que aún permanece en la Franja, esta tregua ha permitido retomar, aunque de forma modesta, tradiciones navideñas como la instalación de árboles de Navidad, la decoración de espacios comunitarios y la preparación de pasteles.

“Este año, la Navidad no es sólo un ritual religioso, sino la celebración de un nuevo comienzo por el que todos trabajamos, que es el comienzo de la paz y la estabilidad en la región”, afirmó Mousa Ayyad, coordinador del centro cristiano Princesa Basma, en declaraciones a ABC News mientras se encontraba junto a un árbol decorado con luces y adornos.

El centro Princesa Basma funciona dentro del Hospital Al-Ahli, el único hospital cristiano de Gaza, y cumple un papel clave en la rehabilitación de niños afectados por la guerra. Ayyad subrayó la importancia de preservar espacios de alegría incluso en medio del desplazamiento y la pérdida.

“Deben preparar el ambiente para los niños y seguir dando la bienvenida a la felicidad en vuestro hogar, incluso si no estáis en casa y estáis desplazados”, sostuvo.

Franja aún bajo escombros

El contexto sigue siendo crítico. Más del 80 % de las estructuras de la Franja de Gaza habían resultado dañadas hasta el 11 de octubre, de acuerdo con una evaluación de las Naciones Unidas, dejando a cientos de miles de personas sin viviendas adecuadas.

En este escenario, la Iglesia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica del enclave, permanece en pie, aunque presenta daños visibles producto del conflicto.

Desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, tras el ataque sorpresa del 7 de octubre de 2023, casi la mitad de la población cristiana de Gaza ha abandonado la Franja.

Según la Iglesia de la Sagrada Familia, al menos 23 cristianos palestinos han muerto, y unas 500 personas de esta comunidad continúan en el territorio, la mayoría refugiadas actualmente en la iglesia.

El cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, encabezó el domingo su primera oración en Gaza tras el alto el fuego, durante una misa celebrada en la Iglesia de la Sagrada Familia, a la que se refirió como el inicio de “una nueva fase”.

En un entorno de decoraciones sencillas y paredes dañadas, Pizzaballa administró la primera comunión a varios niños y bautizó a un bebé, manteniendo una tradición pastoral que ha cumplido en cada visita navideña a Gaza.

Durante una conferencia de prensa, el cardenal señaló que ha percibido “un deseo de una nueva vida” entre la población, aunque advirtió que los problemas estructurales siguen siendo graves.

Todos los problemas todavía están sobre la mesa: la vivienda, las escuelas, los hospitales, las condiciones de vida y la pobreza son catastróficas”, afirmó.

Pizzaballa destacó, sin embargo, la fortaleza de la población palestina. “Al mismo tiempo, vimos que la resiliencia de esta gente es lo que, al final, prevalecerá”, dijo, al describir esa capacidad de resistencia como una lección para el mundo.

Entre los asistentes a la misa se encontraba George Messaqo, un niño cristiano desplazado de 11 años, quien expresó sentimientos encontrados al hablar de esta Navidad.

Me siento muy feliz”, dijo, aunque reconoció que la celebración ya no es la misma. “Antes de la guerra, la Navidad era más bonita. Había más gente, todos nuestros familiares y seres queridos, y el ambiente era más cálido”.

George contó que su tía murió durante el conflicto y que otros miembros de su familia viven ahora fuera de Gaza. “Solo nos comunicamos por videollamadas”, explicó. “Deseo volver a ver a nuestros amigos, familiares y seres queridos, y vivir en paz”.