El régimen de Nicolás Maduro ordenó el lunes en la noche a todas las aerolíneas internacionales retomar sus vuelos a Venezuela en un plazo de 48 horas, bajo amenaza de revocar los permisos de operación de quienes no acaten la medida.
El ultimátum fue transmitido por el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) en medio de una semana marcada por el colapso de las rutas comerciales desde y hacia el país.
La presión del régimen llega apenas días después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera una advertencia urgente instando a las principales compañías aéreas a evitar el espacio aéreo venezolano y el sur del Caribe ante una “situación potencialmente peligrosa”.
La advertencia se deriva del deterioro de la seguridad y del incremento de actividad militar en Venezuela y sus alrededores. Esa alerta detonó una ola inmediata de suspensiones.
Iberia, Air Europa, Plus Ultra, TAP Air Portugal, Gol, Avianca, Latam, Caribbean Airlines y Turkish Airlines pausaron completamente sus operaciones.
Air Europa canceló sus cinco vuelos semanales entre Madrid y Caracas “hasta nuevo aviso”, mientras que Iberia extendió su suspensión al menos hasta el 1 de diciembre. Turkish Airlines también informó que no volará entre el 24 y 28 de noviembre.
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) advirtió este lunes que el ultimátum del chavismo no solo es imprudente, sino que “reducirá aún más la conectividad, que ya es una de las más bajas de la región”.
La organización, que reúne a más de 350 aerolíneas globales, subrayó que las suspensiones actuales son medidas “temporales” basadas en rigurosos análisis de riesgo, y remarcó que solo volverán a operar “cuando las condiciones lo permitan”.
IATA también reclamó al régimen mayor cooperación, claridad y transparencia respecto a los criterios de evaluación de seguridad, y reiteró su disposición a mantener canales abiertos para proteger a pasajeros, tripulaciones y aeronaves.
“Todo regreso debe darse bajo estricto cumplimiento de la normativa de seguridad vigente”, insistió.
A la advertencia estadounidense se sumó la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), que llamó a las aerolíneas españolas a no operar en el FIR Maiquetía (SVZM) —el espacio aéreo venezolano y parte del Caribe— al menos hasta el 1 de diciembre.
La entidad pública Enaire, responsable de la gestión del tráfico aéreo en España, reforzó la alerta, lo que llevó a varias compañías a suspender de inmediato todos sus servicios.
Hasta el momento, ni el Ministerio de Comunicación de Venezuela ni el INAC han ofrecido explicaciones adicionales. Los intentos de la prensa internacional por obtener comentarios oficiales han quedado sin respuesta.
El telón de fondo de la crisis es un país que ya arrastraba uno de los niveles más bajos de conectividad aérea en América Latina, producto de años de controles cambiarios, deudas con aerolíneas, disputas regulatorias y un clima institucional crecientemente hostil.
La nueva disyuntiva para las compañías es dramática: volver a volar pese a las advertencias de seguridad o retirarse totalmente del mercado venezolano, de forma temporal o incluso definitiva.