NYT: Llegan a costas de La Guajira primeras evidencias de ataques de EE.UU. contra embarcaciones

Un video grabado por una local muestra una columna de humo mar adentro tras un ataque.
Restos de una lancha calcinada en La Guajira apuntan a un ataque aéreo ligado a la campaña antinarcóticos de EE. UU. en el Caribe. Crédito: RCN Radio - Riohacha - Naileth Brugés.

Restos de una embarcación calcinada y dos cuerpos hallados en la península de La Guajira constituyen la primera evidencia física conocida de un ataque aéreo atribuido a la campaña antinarcóticos de Estados Unidos en el Caribe, según un reporte del periódico The New York Times. El hecho se remonta al 6 de noviembre y se produjo en una zona marítima cercana al Golfo de Venezuela, un sector donde Colombia y Venezuela mantienen una disputa histórica por sus límites marítimos.

De acuerdo con el reporte, una residente local grabó de manera accidental un video que muestra las consecuencias inmediatas del ataque, registrado desde la orilla poco después de escucharse una fuerte explosión mar adentro. El material, considerado el único registro independiente verificado hasta ahora, fue comparado por el Times con imágenes divulgadas ese mismo día por el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth.

Dos días después del ataque, pescadores locales encontraron una lancha de aproximadamente nueve metros, completamente calcinada, junto con restos humanos y diversos objetos en la playa, entre ellos bidones, chalecos salvavidas y paquetes plásticos similares a los utilizados en operaciones de narcotráfico. Algunos de esos paquetes contenían residuos con apariencia y olor a marihuana, según constató el diario estadounidense.

El Departamento de Defensa de EE. UU. afirmó que el ataque tuvo como objetivo una embarcación operada por una "organización terrorista designada", sin identificarla, y aseguró que la operación ocurrió en aguas internacionales y causó la muerte de tres personas. Sin embargo, el análisis geoespacial del Times sugiere que el impacto ocurrió en el Golfo de Venezuela, aunque no fue posible establecer el punto exacto.

Abandono estatal en una zona de difícil acceso

Especialistas citados por el medio señalaron que los daños observados en los restos del casco y la estructura interna de la embarcación son consistentes con un ataque aéreo, y coinciden con las imágenes difundidas por el Pentágono, donde se observa una explosión seguida de un incendio y una densa columna de humo.

La aparición tardía de estos restos —casi dos meses después— pone de relieve la escasa presencia estatal en amplias zonas de La Guajira, "una región semidesértica y de difícil acceso, habitada mayoritariamente por comunidades indígenas wayuu, que se extienden a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela", recoge el medio.

Los restos humanos fueron hallados el 8 de noviembre por pescadores, quienes alertaron a autoridades locales. Según confirmó Medicina Legal, los cuerpos fueron exhumados a mediados de diciembre y trasladados a Barranquilla, donde permanecen bajo custodia forense sin que hasta ahora se haya realizado la autopsia.

En la comunidad costera de Castilletes, ubicada a pocos kilómetros del lugar del hallazgo, la aparición de paquetes quemados generó confusión entre los habitantes. Una funcionaria de la Policía Antinarcóticos en Bogotá, citada por el medio, afirmó que no existían reportes oficiales previos sobre esos elementos en la zona, mientras que expertos indicaron que el transporte combinado de marihuana y cocaína es una práctica frecuente en rutas de contrabando de pequeña escala en La Guajira.

La campaña militar de Estados Unidos ha destruido al menos 30 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, según datos oficiales, y ha causado más de un centenar de muertes, de acuerdo con estimaciones recopiladas por el Times. El Ejército estadounidense no ha presentado pruebas públicas que confirmen que todas las embarcaciones atacadas transportaban drogas o pertenecían a redes criminales organizadas.

Mientras tanto, el impacto del ataque se ha sentido con fuerza en las comunidades pesqueras de La Guajira, donde numerosos habitantes han reducido o abandonado sus faenas por temor a nuevos operativos aéreos. Pescadores de la zona aseguran que desde noviembre evitan internarse mar adentro y que incluso han observado drones sobrevolando el área.

"El precio de los mariscos en los mercados locales se había desplomado porque los lugareños, debido a las supersticiones, tenían miedo de consumir cualquier animal que pudiera haber comido carne humana", dijo un pescador local.