La crisis diplomática entre Perú y México escaló a un punto inédito luego de que el presidente interino peruano, José Jerí, afirmara que está dispuesto a ingresar a la Embajada de México en Lima para detener a la exministra Betssy Chávez, actualmente refugiada allí con asilo político.
“Si se tiene que ingresar a la Embajada mexicana, se hará”, declaró Jerí en una entrevista publicada por El Comercio.
Chávez, procesada por su presunta participación en el intento fallido de golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, lleva casi tres semanas dentro de la sede diplomática mexicana.
México le otorgó asilo político, y desde entonces la exministra espera que Perú emita un salvoconducto que le permita salir del país rumbo a Ciudad de México.
Sin embargo, Jerí dejó claro que esa autorización no será otorgada de manera automática. “No es ni un sí ni un no al salvoconducto… me voy a tomar el tiempo”, explicó, alegando que el gobierno peruano considera que se ha distorsionado el principio del asilo político.
El conflicto creció aún más este viernes, cuando la justicia peruana ordenó la captura internacional y dictó prisión preventiva por cinco meses contra Chávez, al considerar que existe un “peligro palpable” de fuga, debido a su inasistencia a controles biométricos y a audiencias judiciales.
Ante ese fallo, Jerí evitó precisar si ya se evalúa una intervención directa, pero sí admitió que “todas las posibilidades” están sobre la mesa.
“Toda acción debe pensarse conforme a las limitaciones que tenemos y a los compromisos internacionales”, declaró, insistiendo en que actuará según el mandato judicial vigente.
Sobre las eventuales repercusiones internacionales, Jerí se mostró desafiante. Cuando se le consultó por el mensaje del presidente colombiano, Gustavo Petro —quien advirtió que Colombia retiraría su embajada si Perú ingresaba por la fuerza en la sede mexicana—, el mandatario interino respondió:
“A palabras necias, oídos sordos”. Reiteró además que “no le tiembla la mano” ante decisiones difíciles y criticó que la diplomacia peruana se haya visto “lesionada” en el pasado por otros mandatarios que “permitieron excesos”.
“Yo no lo voy a permitir. Tendré 39 años, pero sé lo que tengo que hacer… No tengo ningún tipo de temor cuando tomo decisiones”, afirmó Jerí, reforzando la imagen de un liderazgo dispuesto a asumir costos políticos y diplomáticos.
La reacción desde México llegó rápidamente. La presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que la postura de su gobierno es inequívoca: el asilo político de Chávez está protegido por el derecho internacional.
“Chávez tiene derecho de asilo reconocido por las leyes internacionales de derechos humanos”, sostuvo en su conferencia matutina, advirtiendo que cualquier violación a ese principio “sería muy grave”, djo.
Sheinbaum insistió en que el diálogo es el único camino viable y recordó que fue Perú quien decidió romper relaciones diplomáticas con México, pero que “una intervención en la embajada estaría fuera de toda norma”.