En pleno vestíbulo de mármol de un aeropuerto de Nueva Jersey, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, lanzó un mensaje inusual para los más de treinta millones de pasajeros que se movilizan esta semana por el Día de Acción de Gracias: “vistámonos mejor, seamos más amables y recuperemos los buenos modales”.
Duffy, un expresentador de televisión reconvertido en funcionario del gabinete, aprovechó el inicio de la mayor temporada de viajes del año para promover una nueva “campaña de civilidad” del Departamento de Transporte. Una iniciativa que evoca, con nostalgia calculada, la “época dorada de los viajes”, cuando subirse a un avión era sinónimo de glamour y etiqueta.
“Quizás deberíamos decir ‘por favor’ y ‘gracias’ a nuestros pilotos. Intentemos no usar pantuflas ni pijamas al llegar al aeropuerto”, insistió el funcionario, mientras a su alrededor desfilaban pasajeros apresurados rumbo a los controles de seguridad.
Su reclamo llegó acompañado de un video institucional con estética retro, música de Come Fly With Me de Frank Sinatra e imágenes en blanco y negro de viajeros vestidos con trajes, vestidos y sombreros.
El contraste con la actualidad se muestra sin rodeos: el propio Departamento difunde escenas de pasajeros descalzos apoyando los pies en los respaldos, personas manipulando pantallas táctiles con los dedos de los pies, peleas en terminales y episodios de agresión a tripulantes. “Volar era un bastión de la civilidad”, sentencia el narrador del video, antes de dar paso a Duffy pidiendo a los estadounidenses “recuperar los buenos modales”.
La invitación apela a la responsabilidad individual: “¿Ayudas a una mujer embarazada o a una persona mayor a colocar sus maletas en el compartimento superior? ¿Te vistes con respeto? ¿Controlas a tus hijos?”, pregunta Duffy en tono de advertencia suave, rematando con un mensaje directo al pasajero: “La época dorada de los viajes empieza contigo”.
El llamado llega apenas una semana después de que el Departamento de Transporte descartara imponer compensaciones obligatorias a las aerolíneas por cancelaciones o retrasos superiores a tres horas cuando fueran responsabilidad de la compañía, una decisión que generó críticas entre consumidores. Para algunos viajeros, la campaña de cortesía resultó bienvenida; para otros, fue una distracción. “¿Duplicará también el espacio para las piernas? ¿Volverán las cenas calientes?”, preguntaron varios usuarios en redes sociales.
Duffy, por su parte, viajó este lunes al Aeropuerto Internacional Newark Liberty para supervisar el comienzo del operativo festivo. Llegó impecablemente vestido con traje azul y camisa blanca. “Casi me puse unos vaqueros”, bromeó, “pero pensé que mejor no lo hiciera si iba a hablar de arreglarme”.
En el aeropuerto, la realidad era variada. Mientras algunos pasajeros caminaban con ropa cómoda y maletas a cuestas, otros parecían hacer un esfuerzo por lucir más formales. Consultado sobre cuál sería una vestimenta adecuada, Duffy fue pragmático: “Jeans y una camisa decente. Tratemos no usar pantuflas y pijamas al venir al aeropuerto”, aconsejó. Aun así, reconoció los límites de su iniciativa: “No puedo obligarlo. Pero si no lo pides, no pasa”.
El secretario apeló a un espíritu más amable para las horas previas a la festividad. “Honramos a Estados Unidos cuando viajamos con respeto”, afirmó. Y añadió un último consejo para quienes temen los inevitables debates familiares: “Pueden discutir sobre política cuando lleguen a casa. Que esta sea una previa libre de política y muy amigable, con ‘por favor’ y ‘gracias’”.