El presidente Donald Trump aseguró que Estados Unidos destruyó “una gran instalación” la semana pasada como parte de la campaña militar de su administración contra el narcotráfico vinculado a Venezuela, en una declaración que ha generado interrogantes por la falta de confirmación oficial y de detalles públicos sobre la operación.
La afirmación fue realizada el viernes durante una entrevista radial con John Catsimatidis, empresario multimillonario y aliado político del mandatario, propietario de la emisora WABC de Nueva York. En el diálogo, ambos abordaban la ofensiva militar estadounidense destinada a frenar el tráfico de drogas procedente de América Latina, centrada hasta ahora en ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar narcóticos.
“Tienen una gran planta o una gran instalación de donde provienen los barcos”, dijo Trump, sin precisar la ubicación ni identificar explícitamente a Venezuela como el objetivo. “Hace dos noches lo eliminamos”, agregó.
Funcionarios estadounidenses señalaron posteriormente que Trump se refería a una instalación de narcotráfico en territorio venezolano, la cual habría sido desmantelada. Sin embargo, no ofrecieron detalles adicionales sobre el lugar, el método utilizado ni el alcance del presunto ataque. Autoridades militares afirmaron no tener información que compartir, mientras que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Casa Blanca declinaron hacer comentarios.
Las amenazas de Trump de ataques en tierra
De confirmarse, sería el primer ataque terrestre conocido de Estados Unidos contra un objetivo dentro de Venezuela desde que Trump intensificó su campaña militar contra el país sudamericano. Hasta el momento, no se ha registrado ningún informe público del gobierno venezolano ni de otras autoridades regionales que confirme un ataque de este tipo.
Aunque algunos funcionarios indicaron que la instalación habría funcionado como un centro de producción de drogas, no está claro qué papel específico desempeñaba dentro de las redes de narcotráfico. Venezuela es señalada desde hace años como un punto clave en el tránsito de cocaína —principalmente producida en Colombia—, pero no ha sido considerada un productor significativo de estupefacientes.
Trump ha reiterado durante semanas su disposición a ordenar ataques terrestres en Venezuela como parte de una estrategia de presión contra Nicolás Maduro, a quien Estados Unidos acusa de desempeñar un papel central en el narcotráfico internacional. En ese contexto, el presidente ha reconocido públicamente que autorizó a la CIA a planificar operaciones encubiertas dentro del país hace varios meses.
EE. UU. asegura que está en un conflicto contra "narcoterroristas"
Desde septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo ataques militares contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, bajo el argumento de que transportaban cocaína. Según cifras citadas por autoridades, al menos 105 personas han muerto en estas operaciones, que han sido duramente cuestionadas por críticos y organizaciones de derechos humanos, quienes las califican de ejecuciones extrajudiciales y sostienen que el ejército estadounidense carece de base legal para realizar ataques letales contra civiles.
El gobierno estadounidense ha defendido las acciones afirmando que se encuentra en conflicto con lo que denomina “narcoterroristas”, y que solo pueden ser detenidos mediante el uso de la fuerza militar.
De acuerdo con personas familiarizadas con la planificación, los ataques a embarcaciones formaban parte de una operación de dos fases, cuya segunda etapa —aún no anunciada oficialmente— contemplaría ataques directos contra instalaciones de narcotráfico en Venezuela.
Desde el inicio de la ofensiva, Trump también ha anunciado lo que describe como un “bloqueo” contra Venezuela, mientras Estados Unidos intenta interceptar petroleros para cortar una de las principales fuentes de ingresos del gobierno de Maduro.
En paralelo, las posibles operaciones de la CIA podrían incluir acciones de sabotaje y operaciones psicológicas, orientadas a desestabilizar al liderazgo venezolano y forzar errores estratégicos del régimen.