El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, reveló este lunes que solicitó al presidente estadounidense Donald Trump garantías de seguridad de hasta 50 años durante una reunión de alto riesgo celebrada el domingo en la residencia presidencial de Mar-a-Lago, Florida.
La declaración fue realizada por el mandatario ucraniano a periodistas a través de WhatsApp en horas de la mañana.
Según explicó Zelensky, el pedido no fue plenamente acogido. El proyecto de marco de paz actualmente en discusión contempla garantías de seguridad estadounidenses por un período de 15 años, una cifra significativamente menor a la solicitada por Kiev en medio de la guerra con Rusia, que ya supera los tres años.
Aunque no se han definido públicamente los detalles de estos compromisos, Zelensky ha insistido en que Ucrania necesita garantías “similares al Artículo 5”, en referencia al principio fundacional de la OTAN que establece que un ataque contra un miembro debe considerarse un ataque contra todos.
Para Kiev, este tipo de respaldo es esencial para disuadir futuras agresiones rusas una vez se alcance un eventual acuerdo de paz.
El líder ucraniano aseguró que las garantías de seguridad estadounidenses incluidas en la propuesta revisada de 20 puntos para poner fin a la guerra han sido acordadas “al 100%”. Trump, sin embargo, se mostró más prudente y estimó que el consenso alcanzado ronda el 95%, dejando abierta la posibilidad de ajustes finales.
Ambos mandatarios coincidieron en que se lograron avances durante las conversaciones en Florida y subrayaron que las negociaciones de paz continuarán en las próximas semanas. No obstante, Trump advirtió que aún existen “uno o dos asuntos pendientes”, entre ellos el tema territorial, y expresó una postura de comprensión hacia Moscú, que se opone a un alto el fuego inmediato. “Hay que comprender a la otra parte”, afirmó.
Uno de los puntos más delicados sigue siendo el futuro de la región del Donbás, en el este de Ucrania, controlada en gran parte por fuerzas rusas. Trump señaló que la propuesta para convertir el Donbás en una zona desmilitarizada permanece “sin resolver” y añadió que en cuestión de semanas podría definirse si la guerra tiene posibilidades reales de terminar.
Tibia respuesta del Kremlin
Mientras avanzan las discusiones diplomáticas, Rusia ha continuado con ataques sostenidos contra territorio ucraniano, incluidos bombardeos recientes sobre Kiev durante el fin de semana. Las ofensivas se han concentrado especialmente en infraestructura energética, una estrategia que Moscú ha intensificado durante el invierno.
Zelensky ha reiterado en múltiples ocasiones que los ataques a las instalaciones eléctricas son deliberados, con el objetivo de debilitar a la población civil. Esta semana, con temperaturas bajo cero en la capital ucraniana, muchos residentes de Kiev seguían sin suministro eléctrico, agravando la situación humanitaria.
El escepticismo también persiste entre la población. Varios ciudadanos consultados por la agencia Reuters expresaron dudas sobre la viabilidad de una paz duradera. “Putin no necesita territorio; no necesita el Donbás; quiere destruir a los ucranianos. Nos destruye como nación”, afirmó Nadiia Yevtushenko, una residente de Kiev de 57 años, reflejando la desconfianza generalizada frente a las intenciones del Kremlin.