Ejército rindió homenaje a los siete militares asesinados en atentado del ELN en Aguachica

Familiares, compañeros y autoridades acompañaron la despedida de los uniformados de la Quinta Brigada.
Velatón en Bucaramanga soldados muertos en Aguachica, Cesar Crédito: Captura video Quinta Brigada Ejército

El silencio marcó el homenaje que el Ejército Nacional rindió a los siete militares de la Quinta Brigada asesinados en un atentado atribuido al ELN, mientras cumplían labores en el nororiente del país. Al acto asistieron familiares, compañeros y amigos, quienes acompañaron la despedida de los uniformados.

Los nombres y los rostros de los soldados ocuparon el centro de la ceremonia. No solo se recordó su condición de militares, sino también su lugar en sus hogares: hijos, hermanos y amigos que no regresaron. Las familias, unidas por la misma pérdida, permanecieron juntas durante el acto, sostenidas por el respaldo de quienes llegaron a acompañarlas.

La despedida reunió a autoridades civiles y militares, en una jornada marcada por el respeto y el recogimiento. El dolor se reflejó en los abrazos, las miradas y las lágrimas de quienes perdieron a sus seres queridos. Cada gesto dejó en evidencia el impacto que este hecho tuvo más allá de los cuarteles.

Durante el homenaje, el coronel Yerson Molina, comandante de la Quinta Brigada del Ejército, aseguró que los militares fallecieron en una acción terrorista y explicó que se activó un proceso de acompañamiento a las familias. Indicó que los cuerpos fueron trasladados por aviación militar a sus lugares de origen y que las operaciones contra la estructura responsable continuarán.

El ataque volvió a poner en evidencia el riesgo permanente que enfrentan los integrantes de la Fuerza Pública en medio del conflicto armado. Para los familiares, la pérdida no solo deja un vacío personal, sino una exigencia de verdad y justicia frente a la violencia que sigue cobrando vidas.

Entre las historias que quedaron tras el atentado está la de Brandon Daniel Martínez, militar santandereano que murió en el ataque ocurrido en Aguachica, Cesar. Su familia recordó que él había expresado el deseo de ser trasladado a Bucaramanga y hoy lo despiden como un “soldado de Dios”.

El homenaje cerró sin estridencias. Las familias se retiraron con la certeza de haber acompañado a sus seres queridos en el último adiós, en medio de un dolor que no se disipa con ceremonias, pero que encuentra alivio en el respaldo colectivo.