En medio de los intensos, y cada vez más crueles, combates entre el ELN y las disidencias de las FARC, la población civil ubicada en diversos sectores de la región del Catatumbo registra múltiples afectaciones en materia de movilidad, seguridad y alimentación.
Desde el pasado 15 de diciembre, cuando se intensificaron los enfrentamientos entre grupos armados, por lo menos mil familias han salido desplazadas de la región del Catatumbo. Específicamente desde los municipios de Tibú y El Tarra, donde el ELN y disidencias de las FARC se disputan el control territorial, en medio de un escenario de caos e incertidumbre.
Según las cifras entregadas por la gobernación de Norte de Santander, por lo menos 300 familias están ubicadas en el casco urbano del municipio de Tibú. Al igual que en el municipio de Ocaña y la ciudad de Cúcuta, donde hay un número similar o mayor de estas personas, que salieron huyendo de las balas y las bombas lanzadas desde drones.
Para muchos de ellos, el 2025 fue 'el peor año de sus vidas', debido a la violencia que los ha obligado a salir de sus viviendas por salvaguardar sus vidas.
"El 2025 es el peor año para muchas familias del Catatumbo; nos ha tocado salir dejando todo atrás, por no quedar en medio de las bombas, de los drones y de las balas. Para nosotros no hubo Navidad y tampoco fiesta de Año Nuevo; todo ha sido tan difícil que no sabemos qué va a pasar con nosotros", expresó uno de los desplazados que llegó a la ciudad de Cúcuta.
Asimismo, el campesino agregó que familias enteras están saliendo por trochas o zonas boscosas de la región, en medio del recrudecimiento de los combates, abandonando a parte de sus familiares y propiedades.
"Nosotros salimos porque los combates eran impresionantes; salimos solo con lo que teníamos puesto. A muchos les dijeron que tenían horas para salir de la zona y otros porque era ya imposible circular por las calles del corregimiento".
De igual forma, las comunidades que están llegando al municipio de Ocaña, provenientes del corregimiento de Filogringo, en el municipio de El Tarra, afirmaron que sus viviendas han sido incineradas y obligados a salir de la zona, por parte de ambos grupos armados.
"Las calles quedaron desiertas, casas quemadas y cuerpos sobre las vías; es un infierno lo que estamos viviendo, no hemos tenido tranquilidad en este año, todo el tiempo tenemos miedo y quedamos en medio de esta violencia", manifestó una de las víctimas del desplazamiento de El Tarra.
Desde los territorios, han señalado que es necesario que el Gobierno nacional tome acciones inmediatas para garantizar la seguridad de estas personas y un eventual regreso seguro a sus territorios. Sin embargo, hasta el momento, solo las autoridades regionales y las alcaldías están brindando el apoyo básico a esta población.
Desde el inicio de la ofensiva armada del ELN contra las disidencias de las FARC el pasado 16 de enero, más de 90 mil personas han salido desplazadas desde diferentes municipios del Catatumbo; muchos de ellos regresaron; otros salieron a otras zonas del país e incluso del mundo, huyendo de la guerra.