Las historias de los 23 secuestrados en Colombia que volvieron a sufrir el golpe de la guerra

LA FM presenta la radiografía de secuestros en Colombia y el drama de las familias que esperan el regreso de sus seres queridos a casa.

El secuestro sigue dejando sombras, dolor y una herida sin cerrar en Colombia, un país marcado por la violencia y el actuar de los grupos criminales.

Estamos hablando de un delito que, si bien ha disminuido en comparación con las cifras registradas en los años 90 y principios de los 2.000, sigue causando zozobra y un repunte en los últimos nueve años. Solo en 2025, 443 familias vivieron el terror del secuestro de alguno de sus seres queridos.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, que ha estado respondiendo en los últimos días por los bombardeos y la filtración de inteligencia a las disidencias de las Farc, quienes también secuestran, dice que el gobierno no va a ceder ante los criminales.

"Si el ELN tiene algo de sentido humano, lo mejor que puede hacer es liberarlos. Es más, tienen la oportunidad de desmovilizarse. Háganlo. Su familia también los espera. Nuestras Fuerzas Militares y de Policía no claudicarán en proteger a todos los colombianos. No cederemos al chantaje ni a la intimidación, ni mucho menos a tratar a las personas como objetos de trueque", dijo el ministro Pedro Sánchez.

Una tragedia en la que los grupos al margen de la ley han privado de la libertad a 304 civiles y 139 miembros de la Fuerza Pública. La vida de todos ellos, en manos de los criminales, es vista como un objeto de negocio, oportunidad o trueque.

Mientras narramos estas cifras, hoy permanecen secuestrados 15 civiles. Comerciantes, empresarios o humildes campesinos.

El secuestro en Norte de Santander

El abogado y ganadero Antonio Mena, del municipio de Ocaña, fue secuestrado el mes de mayo de 2023 por el frente 41 de las disidencias de la FARC, en el momento que ingresaba a su finca en Río de Oro, en el sur de Cesar.

Uno de sus hijos, Marcel Mena, le dijo a La FM que pasas sus días en una incertidumbre que no le desea a nadie. No sabe cuál es su estado de salud. Cuando fue secuestrado tenía 88 años de edad, acabando de salir de una cirugía de corazón y con problemas de diabetes e hipertensión.

“Mi papá fue secuestrado el día 26 de mayo del 2023 en la finca de su propiedad enfrente de ella, la carretera que conduce el corregimiento de Montecitos a Los Ángeles, que son jurisdicción del municipio de Río de oro. En esa época no sabemos de mi papá nada, ni una llamada ni una muestra de supervivencia, sabiendo que mi papá era un hombre mayor de 85 años”, narró.

Según el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo sobre secuestro, Norte de Santander es uno de los departamentos más afectados con ese flagelo.

Las cifras que asustan: repunte del secuestro en Colombia en los últimos 5 añosCrédito: Freepik


“Un hombre operado del corazón, hipertenso, diabético. Mejor dicho, nos dieron muy duro con mi papá, porque fuera de eso, a la edad que tiene él, este era la quinta vez que ya le iban a hacer el secuestro”, agregó su hijo.

Han pasado 2 años y 7 meses, y todos los días sus hijos esperan alguna noticia que sigue sin llegar.

Fuerza Pública en cautiverio

A la lista se suman ocho miembros de la Fuerza Pública, soldados y policías, que continúan en poder de los grupos criminales. El 47% de los secuestros de los civiles han sido perpetrados por grupos de delincuencia común, el 40% por el ELN y el 13% por las disidencias de las Farc.

El pasado 31 de octubre fue un día trágico para la familia de Jarold Luis Ricardo Martínez, un patrullero de la ciudad de Cartagena que fue secuestrado por las disidencias de las Farc, cuando viajaba desde Bolívar al Cauca para conocer a su hijo recién nacido. Su familia, entre el dolor y la desesperación, clama por su liberación mientras el país vuelve a enfrentar el drama del secuestro.

Había pedido permiso de paternidad, pero en la vía entre Cauca y Huila, cuando se dirigía a Popayán, esa ilusión se rompió.

Jarold fue secuestrado por disidencias del grupo que lidera alias Mordisco. En Bayunca, al norte de Cartagena, su familia vive un calvario. Su madre, Sandra Martínez, entre lágrimas, implora el regreso de su hijo sano y salvo.

“Aquí una madre desesperada porque su hijo regrese sano y salvo, por favor se lo pido, se lo suplico, se lo imploro, no sé cómo pedírselo, una madre que está", dijo la mujer.

Su padre es Eliecer Ricardo, un vendedor informal del mercado de Basurto. Recuerda sacando adelante a su hijo con un esfuerzo inenarrable. Y también la solidaridad de Harold, que lo ayudaba a vender en una carretilla para pagarse los estudios y cumplir su sueño de ser Policía. Hoy, solo pide libertad.

“Nosotros somos de bajos recursos, no tenemos nada. Lo único que tengo es un muchacho que pudo ser funcionario de la República", dijo.

Aunque aún no hay respuestas del paradero de su hijo, no pierden la esperanza de que sea liberado con vida y pueda cumplir el propósito por el que salió ese 31 de octubre: conocer a su hijo, quien cumple un mes de nacido.

Un delito que golpea al Valle del Cauca

Según el estudio académico, la violencia en Colombia, en el marco del posacuerdo de la Paz Total (2016-2024), entre los años 2016 y 2023, se han reportado 27 casos de secuestro en el departamento del Valle del Cauca.

Son en total 443 madres que han llorado por sus hijos o esperado para poner nuevamente en la mesa el plato de comida con el que antes compartían. Hijos que esperan el regreso de sus padres o soldados y policías que anhelan la libertad de sus compañeros.

Hace cuatro años y cuatro meses fue secuestrado Alexander Domínguez. Se encontraba en las montañas de Jamundí cumpliendo labores técnicas para la empresa de acueducto en la que trabajaba. Su esposa no ha dejado de pensar ni un segundo en el día que se lo llevaron.

“Julio del 2021, el 16 exactamente, él se dirigía a cumplir el trabajo en Jamundí, en un corregimiento que se llama Villa Colombia. Él fue enviado allá por Vallecaucana de Aguas en ese entonces y no regresó. Era la primera vez que iba por allá, porque ni siquiera conocía ese sitio. Lo que siempre han dicho es que enviaron a cinco personas que trabajan en esa entidad y el único retenido fue él y hasta el momento no sabemos ni por qué", dijo su esposa.

Ella lamenta la indiferencia que la entidad ha tenido con ellos, pese al drama que vive junto a sus hijos por la ausencia de su esposo y padre.

“Nos deja en visto en los WhatsApp y no dice absolutamente nada. Ha sido durísimo porque nosotros teníamos metas, teníamos sueños, era una familia bien conformada y al ser fracturada, se nos han presentado una serie de situaciones que no se imaginan. Es un daño que se hace a nivel familiar, psicológico", agregó.

Son cuatro años sin ver a Alexander Domínguez: su familia insiste en que esperan verlo con vida cruzando la puerta de la casa tal como lo hacía cuando llegaba de una jornada difícil de trabajo.

Desde la firma del acuerdo de paz con las Farc, el secuestro ha tenido un fenómeno de crestas.

Los primeros años del posacuerdo las cifras cayeron, pero desde hace alrededor de cinco años volvieron a subir con la recuperación de los actores armados de varios territorios y el creciente número de hombres en sus filas.

Este año ha habido 443 casos que preocupan al país. De las labores para la liberación de Alexander Domínguez, Jarold Luis Martínez, Sanín Antonio Mena y tantos otros, no se sabe nada.