Los sonidos del campo, que usualmente acompañan las mañanas en la zona rural de Remedios, en el Nordeste antioqueño, fueron reemplazados por el estruendo de explosiones y el zumbido de drones que sobrevolaban las viviendas. Para una mujer comerciante del sector, fueron momentos de angustia, miedo y desesperación que difícilmente podrá olvidar.
Ella relata que, en cuestión de minutos, la tranquilidad de su hogar se convirtió en pánico absoluto. “Eran tres drones, todos tenían explosivos”, contó, todavía con la voz entrecortada. Desde su casa, una humilde estructura de madera levantada con años de esfuerzo, alcanzó a ver cómo los artefactos descendían y se movían en círculos mientras grupos delincuenciales se enfrentaban entre sí a pocos metros de su vivienda.
Según narra, los drones no solo intimidaban: dos de ellos detonaron sus cargas muy cerca de la casa, provocando daños materiales que dejaron la vivienda parcialmente destruida. Uno de los explosivos cayó directamente en el patio, levantando tierra, astillas y miedo. “Uno de los explosivos cayó al patio de mi casa, tuvimos que salir corriendo”, recuerda.
No escapaba sola. En medio del caos, la acompañaban su nuera y una bebé de apenas cuatro meses. Entre gritos y temblor, corrieron buscando refugio mientras los estallidos retumbaban en la montaña. El miedo era tan profundo que, por instantes, pensó que no lograrían salir con vida.
La mujer asegura que lo ocurrido sería parte de las represalias entre grupos armados que se disputan el control del territorio, una situación que desde hace meses mantiene en zozobra a las veredas y caminos rurales de Remedios.
La confrontación de las últimas horas, sin embargo, superó cualquier temor previo: "la utilización de drones cargados con explosivos marca una escalada peligrosa que nos tiene en vilo".
Ahora, con su vivienda afectada y sin garantías de seguridad, hace un llamado urgente a las autoridades. Teme que los enfrentamientos continúen y que otras familias se vean obligadas a huir como ella. “Uno no sabe qué va a pasar, si vuelven o si siguen atacándose aquí cerca”, dice, con la esperanza de que alguna institución estatal pueda intervenir.
La grave situación ya había sido alertada por la Corporación para la Paz y el Desarrollo (Corpades), que denunció la disputa entre estas estructuras criminales y advirtió sobre el uso de drones en enfrentamientos.
La organización también señaló que el miedo ha provocado el desplazamiento de al menos 20 personas, un síntoma claro de la crisis humanitaria que se agudiza en la zona.
“Estas son las imágenes difundidas por las organizaciones sociales de la región respecto a la denuncia que realizamos sobre el uso de drones en confrontaciones bélicas que afectaron una vivienda en zona rural del municipio”, informó Corpades, al mostrar fotografías de los daños tras las detonaciones.
Mientras las comunidades esperan respuestas, el eco de las explosiones sigue resonando en Remedios. Para esta mujer, su nuera y la pequeña bebé, el miedo continúa, pero también la esperanza de que no tengan que vivir nuevamente una noche marcada por el sonido de un dron anunciando la violencia.