En las últimas horas se confirmó el asesinato de un uniformado de la Policía Nacional en zona rural del municipio de Santander de Quilichao, en el departamento del Cauca.
El hecho se registró tras un ataque armado por parte de sujetos que dispararon contra la comitiva de dos camionetas en las que se movilizaba el uniformado.
Se trata del intendente Luis Guillermo Martínez, quien, tras recibir la alerta de un posible artefacto explosivo, acudió al lugar en compañía de un patrullero.
Allí, tras la advertencia por el supuesto explosivo instalado en un vehículo abandonado en la vía, el intendente fue víctima de sujetos armados que emprendieron un ataque contra él y su compañero, quien resultó herido.
El uniformado, integrante de la Dijín de la Policía, acudió en compañía del patrullero Juan Camilo Perdomo, quien resultó herido.
Presencia de grupos armados
En esta zona rural donde se registró el ataque, conocida como Quinamayó, predomina la presencia de grupos armados como la estructura Jaime Martínez.
Y aunque ningún grupo se ha atribuido la autoría del violento atentado, versiones preliminares apuntan a estas estructuras subversivas.
Orden público
El ataque se suma a la fuerte crisis de orden público que vive el suroccidente del país, especialmente en departamentos como Cauca y Nariño.
Esta mañana, precisamente en la vía Panamericana entre Pasto y Popayán, el Ejército desactivó tres cargas explosivas que pretendían destruir un puente.
Hostigamiento
Uno de los casos más recientes ocurrió en Suárez, cuando momentos de pánico se vivieron durante la final de un torneo interbarrios que se disputaba en la Villa Olímpica, luego de que se registrara un ataque armado en las inmediaciones del escenario deportivo, donde se encontraban reunidas cientos de personas entre jugadores, familias y espectadores.
De acuerdo con el testimonio de un habitante, el hecho ocurrió mientras se desarrollaba el partido decisivo del campeonato, cuando se presentó un hostigamiento armado contra la estación de Policía ubicada justo frente a la cancha de fútbol.
La situación obligó a la suspensión inmediata del encuentro y generó escenas de caos entre los asistentes, quienes tuvieron que abandonar el lugar de manera apresurada para proteger sus vidas.