La adolescencia podría durar hasta los 30 años: Universidad de Cambridge lo confirma

Este estudio sugiere que la adolescencia podría extenderse hasta los 30 años, redefiniendo madurez cerebral, emocional y su impacto en políticas públicas.

Durante la emisión del programa Tarde pero Llego, de La FM, se reabrió el debate sobre los límites de la adolescencia tras conocerse un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido. La investigación plantea que la adolescencia, entendida como una etapa de desarrollo cerebral y no solo biológico, podría extenderse hasta los 30 años. Esta conclusión contrasta con las definiciones tradicionales que ubican el final de esta etapa entre los 18 y 25 años.

Los hallazgos, publicados en la revista científica Nature Communications, señalan que el cerebro continúa experimentando cambios significativos durante la segunda y tercera década de vida. Esto cuestiona los criterios actuales de “madurez”, utilizados en ámbitos médicos, educativos, sociales y legales.


Cinco etapas del desarrollo cerebral

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron miles de imágenes de resonancia magnética de personas entre 0 y 90 años. El estudio permitió identificar cinco grandes etapas de reorganización cerebral. Una de ellas corresponde a la adolescencia, caracterizada por la remodelación de estructuras neuronales y por ajustes en el funcionamiento cognitivo y emocional.

Madurez emocional y cognitiva en consolidación

Las transformaciones cerebrales detectadas incluyen modificaciones en la materia blanca, la eficiencia de las redes neuronales y la integración entre áreas encargadas de funciones complejas como la toma de decisiones, el procesamiento emocional y el autocontrol. Estas variaciones, que antes se consideraban propias de la adolescencia temprana, se extienden de manera activa durante la adultez joven.

Aunque históricamente la adolescencia se ha asociado a la pubertad, los investigadores sostienen que limitar su definición a cambios biológicos o legales resulta insuficiente. Proponen un enfoque que reconozca la adolescencia como una fase ampliada y determinada por procesos neurológicos en constante evolución.



Implicaciones en salud mental y políticas públicas

Los investigadores sostienen que estos hallazgos podrían ayudar a comprender mejor por qué muchos trastornos de salud mental aparecen o se consolidan entre los 20 y los 30 años. En este periodo aún se están estructurando habilidades emocionales y cognitivas que influyen en el bienestar y la estabilidad personal.

Además, la investigación abre discusiones para el diseño de políticas públicas: reconocer que el cerebro sigue madurando más allá de los 25 años podría llevar a reforzar los sistemas de apoyo para jóvenes en educación, acceso laboral y acompañamiento psicosocial.



Los autores del estudio advierten que los resultados deben interpretarse con prudencia. Los ritmos del desarrollo humano varían según factores genéticos, ambientales, sociales y educativos. Por ello, subrayan que su objetivo no es modificar categorías legales ni sociales, sino ofrecer una comprensión más completa del proceso de maduración.