El Quindío cierra el año 2025 con un panorama que impacta y obliga a mirar con atención. Siete mujeres asesinadas, tres feminicidios esclarecidos y mil casos de violencia intrafamiliar concentraron buena parte del esfuerzo institucional.
Así lo explicó la intendente Flor Franco Salazar, responsable de la Patrulla Púrpura en este departamento, quien señaló que, aunque se evidencian descensos en varios indicadores, el riesgo para muchas mujeres sigue siendo alto.
En relación con los feminicidios, Franco fue clara al subrayar que hubo respuesta judicial oportuna.
“En los tres casos se lograron capturas por orden judicial; identificamos a los responsables y fueron puestos a disposición de la justicia”, dijo. De esta manera, aunque los procesos avanzan, el fenómeno continúa siendo una alerta prioritaria.
A la par, el reporte incluyó 90 delitos sexuales. Si bien la cifra muestra una tendencia a la baja frente a vigencias anteriores, todavía deja ver afectaciones profundas en las víctimas.
Por eso, según la oficial, el enfoque no puede ser únicamente numérico: “Puede haber reducción, pero cada hecho representa una vulneración grave; la prioridad es garantizar ruta, acompañamiento y denuncia”, afirmó.
Además, el balance evidenció otro punto sensible: en el municipio de Génova reaparecieron agresiones con agentes químicos, con tres casos luego de dos años sin registros.
En consecuencia —advirtió Franco—, no se trata solo de atender, sino de evitar que este tipo de violencia vuelva a instalarse.
Por otra parte, el indicador más alto fue el de violencia intrafamiliar. En total, se registraron 1.000 casos, con 115 capturas en flagrancia y 47 por orden judicial.
Para la coordinadora de la Patrulla Púrpura, el comportamiento tiene una doble lectura: por un lado, revela conflictos persistentes al interior de los hogares; pero, al mismo tiempo, muestra una mayor disposición a denunciar.
“Hay más mujeres diciendo ‘basta’, y esa denuncia abre la puerta para romper el ciclo”, señaló.
Ahora bien, el panorama no es únicamente negativo. Las lesiones personales contra mujeres descendieron de 330 a 194 y, de igual manera, las injurias por vías de hecho se redujeron 51%. Estas caídas, explicó la Policía, están asociadas a acciones preventivas y presencia territorial sostenida.
No obstante, el desafío mayor continúa siendo el trabajo con los agresores, pues muchas violencias reaparecen tras reconciliaciones sin acompañamiento integral. “Si no intervenimos también con el agresor, el riesgo vuelve”, concluyó Franco.
Finalmente, se reiteró el llamado a denunciar cualquier situación de riesgo a las líneas 123, 155, 122 y 317 713 8846, ya que cada reporte, insistieron, puede anticipar nuevas agresiones y proteger vidas.