La médica integrativa y biodescodificadora Pilar Gallego explicó en entrevista con La FM que el sobrepeso y la obesidad tienen una estrecha relación con las emociones. Según afirmó, en muchos casos las personas comen no por hambre física, sino por una necesidad emocional no resuelta. “Comemos por cómo nos sentimos, no porque el cuerpo lo necesite”, señaló.
¿Qué papel juegan las emociones en el aumento de peso?
De acuerdo con Gallego, las emociones tienen un papel determinante en los procesos de alimentación. Explicó que existen dos tipos de hambre: la física y la emocional. “El hambre física es selectiva; uno puede esperar. El hambre emocional te nubla la mente, tienes que comer algo ya”, dijo. Añadió que esta última surge de vacíos emocionales que las personas intentan llenar con comida, lo que genera un ciclo de ansiedad y culpa.
Para la especialista, la culpa es uno de los factores más relacionados con el aumento de peso. “Lo que realmente nos engorda es la culpa”, expresó. Indicó que cuando una persona come impulsada por la emoción y luego siente culpa, el cuerpo entra en un estado de estrés que refuerza el problema. Según su experiencia, detrás de la acumulación de grasa existen conflictos profundos, especialmente el del abandono. “Cuando alguien se siente solo o abandonado, su cuerpo busca calor y protección, y una forma de lograrlo es acumulando grasa”.
¿Por qué las dietas no siempre funcionan?
Durante la conversación, Gallego cuestionó la eficacia de las dietas restrictivas. Afirmó que el solo concepto de “dieta” genera estrés en el cuerpo y puede tener el efecto contrario al deseado. “Dieta significa no puedo. Y nadie quiere perder, ni siquiera el subconsciente. Por eso hablo de dejar ir kilos, no de perder peso”, explicó.
La médica indicó que muchas personas hacen múltiples dietas sin obtener resultados porque el origen del problema no está en la comida, sino en las emociones. Recomendó evitar la idea de privación y sustituirla por una alimentación consciente. “La salud empieza con la autoaceptación. El cuerpo que tienes es perfecto para ti”, afirmó. También destacó que no todos los organismos reaccionan igual y que cada cuerpo debe ser comprendido desde su historia emocional.
¿Cómo sanar la relación entre emociones y alimentación?
Gallego señaló que el equilibrio entre mente, cuerpo y alma es fundamental para sanar los conflictos relacionados con el peso. “La enfermedad no es el enemigo, es el mensajero. Viene a recordarnos que tenemos algo pendiente por sanar”, expresó. Agregó que, aunque meditar o pensar en positivo es útil, no basta si no se trabaja el aspecto emocional profundo. “De nada sirve repetir frases lindas si no las sientes. La comida no se piensa, se siente”.
Según explicó, el primer paso es reconocer las razones por las cuales se come. “Pregúntate para qué quieres bajar de peso: si es para gustarle a alguien, para que no te rechacen o para parecerte a alguien. Solo así puedes empezar a soltar el peso que no necesitas”, dijo. Concluyó que la verdadera salud surge de la conexión interna y del cuidado integral: “No tenemos un cuerpo de reemplazo. Merecemos cuidarlo, no para ser eternos, sino para hacer más amable este recorrido llamado vida”.