El país conoció su historia el 3 de noviembre, cuando un video estremeció a varios usuarios de las redes sociales: un perro de pelaje claro, atado, recibió una golpiza por parte de un hombre identificado como Fernando Alonso Oviedo, en el departamento de Bolívar.
Las imágenes causaron indignación, rechazo y una ola de mensajes exigiendo justicia por el animal, que llegó a los corazones de miles de personas bajo el nombre que hoy lo identifica: “Bizcocho”.
En cuestión de horas, la historia del perro empezó a dar giros inesperados. Tras el episodio de maltrato, Oviedo llevó al animal a la Estación de Policía de Yarumal, en el norte de Antioquia, y lo entregó bajo el nombre de “Sicario”, una denominación que, para los uniformados y veterinarios que inmediatamente intervinieron, no coincidía con la nobleza del animal que tenían al frente.
Fue el equipo veterinario de la Universidad Remington, sede Medellín, el que asumió su recuperación física y emocional. Allí, lejos de los golpes y el riesgo, el animal recibió un nuevo nombre: “Bizcocho”, un gesto simbólico que marcó el inicio de su nueva vida.
Desde entonces, su caso despertó la solidaridad. Decenas de familias, fundaciones y hasta instituciones públicas enviaron solicitudes para adoptarlo. Una de las más visibles fue la del comandante de la Policía Antioquia, coronel Óscar Mauricio Rico, quien expresó públicamente su intención de brindarle un hogar seguro.
Finalmente, este jueves, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón Cardona, confirmó el destino del animal: Bizcocho será entregado al Departamento de Policía Antioquia, que asumirá completamente su cuidado, su bienestar y, por supuesto, todo el cariño que no recibió en su pasado.
El anuncio vino acompañado de otro detalle que emocionó a muchos: el perro no solo tendrá un hogar, sino también un título simbólico. De aquí en adelante será conocido como “Coronel Bizcocho”, un gesto que reconoce su resiliencia y el impacto que generó en miles de colombianos.
La entrega del canino se realizará en los próximos días, cuando finalice su proceso de recuperación médica y se garantice que está completamente estable para iniciar esta nueva etapa, rodeado de uniformados que, según el propio gobernador, “estarán a cargo de darle una vida digna, segura y llena de afecto”.
El caso judicial
Mientras Bizcocho avanza en su recuperación, la justicia también sigue su curso. El pasado 12 de noviembre, una fiscal del Grupo Especializado en la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), de la Seccional Bolívar, imputó a Fernando Alonso Oviedo por el delito de lesiones que menoscaban gravemente la salud o la integridad física de un animal, en modalidad agravada. Durante la audiencia, Oviedo aceptó los cargos.
Según la investigación, la agresión se habría desatado porque el perro tomó un pedazo de carne que estaba sobre un mesón y se lo comió. La Fiscalía reveló que Oviedo lo golpeó con un látigo, lo lanzó al piso y lo pateó en repetidas ocasiones, acciones que dejaron lesiones severas y una profunda indignación nacional.
Hoy, mientras avanza el proceso judicial, Bizcocho se prepara para una vida nueva. La misma Colombia que vio la brutalidad del video, hoy espera verlo recuperarse, rodeado de cuidado y respeto, en su nuevo hogar. Una segunda oportunidad que, esta vez, sí la merece.