El periodista José Francisco Tulande, de RCN Radio, recordó en entrevista con La FM cómo cubrió dos de los hechos más estremecedores de 1985: la toma del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero. Apenas ocho días separaron ambos sucesos, pero para él, la magnitud de lo ocurrido en el municipio tolimense fue algo que, en sus palabras, “no tiene comparación”.
“Lo de Armero fue un apocalipsis”
Tulande contó que, tras cubrir la toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre, viajó a Armero una semana después, cuando la avalancha ya había arrasado con el pueblo. “Yo pienso que lo de Armero no tiene comparación porque es un apocalipsis como tal”, afirmó. Para él, fue un encuentro directo con la impotencia humana frente a la fuerza devastadora de la naturaleza.
Su primera impresión fue al llegar al hospital de Mariquita. “Había 24 cadáveres de niños apilados ahí de entrada”, recordó. Esa imagen —asegura— lo acompañó durante toda su vida profesional. Más tarde, al llegar al lugar de los hechos, describió una escena que aún considera imposible de borrar: “La gente estaba en los árboles, desnudos, tratando de sobrevivir”.
En su relato, Tulande rememoró varios momentos que lo marcaron profundamente. “Unos tipos héroes en moto tratando de sacar un pelado del fango, tratar de sacar un niño del fango, lo que pesaba”, contó.
En medio del caos, una mujer se le acercó al vehículo de transmisión de RCN y le pidió una bebida: “Señor, me regala una gaseosa, que me voy a morir”. Él respondió con incredulidad, y ella explicó que había perdido a su hija, a su esposo y a sus seis nietos. “Me dijo: ‘Yo no tengo nada que hacer en la vida’”, relató.
También recordó a un hombre que descendía de la zona afectada con dos niños en brazos y una herida visible: “El tipo era como de dos metros, sin este brazo y con dos niños llorando”.
Tulande lo volvió a ver al día siguiente, cuando se acercó al micrófono para identificarse. “El hombre lloraba con un sentimiento que nos hizo llorar a todos”. Según contó, el hombre le dijo que tenía cuatro sobrinos, de los cuales solo pudo salvar a dos: “Una pared me tumbó este brazo y solo pude salvar a dos”.
¿Qué impacto dejó en el periodista la cobertura de Armero?
El comunicador explicó que lo que más lo impactó fue la impotencia frente a la magnitud del desastre. “La dimensión del poder de la naturaleza y la impotencia del ser humano”, dijo al describir la sensación que lo acompañó durante la cobertura. Para Tulande, el dolor colectivo y la destrucción marcaron un antes y un después en su vida periodística. “Eso te marca el alma, te marca el alma de verdad”, aseguró al final de la entrevista.
En su libro En el lugar de los hechos, publicado en 2010, dedicó un capítulo titulado Marina y el tren, donde narró la tragedia. “Es la historia de Armero contada a través de una historia de amor real”, explicó.
La protagonista, una joven que sobrevivió junto a su esposo y sus dos hijos, le relató su experiencia pocos días después del desastre. “No le daño el final del libro, pero el marido la manda a traer las escrituras de la casa”, dijo, dejando entrever que su destino quedó sellado por la tragedia.
Al rememorar ese año, Tulande afirmó que “el corazón colombiano fue muy rudamente golpeado” por los dos hechos que estremecieron al país en noviembre de 1985. Recordó que, tras cubrir el Palacio de Justicia, pensó que nada podría superar esa experiencia. “Dije: ‘Esto fue terrible, pero el país nunca volverá a vivir algo así’. Y ocho días después ocurrió Armero”.
Con voz pausada, el periodista concluyó que esos recuerdos siguen presentes: “Esa imagen la tengo grabada en la mente y la recuerdo con frecuencia”. Para él, los sucesos de 1985 son parte de una memoria colectiva que aún conmueve al periodismo colombiano.