Investigadores de la NASA han descubierto un nuevo protoplaneta llamado Wispit 2b, gracias a las observaciones realizadas con el telescopio Magallanes, en Chile, y el Gran Telescopio Binocular, en Arizona.
Este nuevo cuerpo celeste se encuentra incrustado en un hueco anular dentro del disco que orbita una estrella joven.
El llamado “planeta bebé” está compuesto por un gigante gaseoso con una masa aproximadamente cinco veces mayor que la de Júpiter. Aunque es un objeto astronómico relativamente reciente, ya cuenta con unos cinco millones de años de antigüedad y se ubica a 437 años luz de la Tierra.
El Wispit 2b se ha convertido en un caso de estudio relevante. Su ubicación en el hueco del disco protoplanetario resulta particularmente interesante, pues estos discos están formados casi en su totalidad por gas y polvo que rodean a las estrellas jóvenes y actúan como cunas de nuevos planetas.
¿Por qué se denomina protoplaneta?
Se le llama protoplaneta porque es un objeto astronómico en proceso de acumulación de materia y evolución hacia un planeta completamente desarrollado. Sus discos están compuestos por gas y polvo que rodean a las estrellas jóvenes, lo que permite la formación de nuevos cuerpos celestes.
Gracias a la colaboración internacional entre los telescopios de Chile y Arizona, también se logró observar otro anillo más cercano a la estrella, lo que podría indicar la existencia de otro planeta aún más joven o menos masivo. Aunque este hallazgo no ha sido confirmado, refuerza la posibilidad de que el sistema esté formando una familia entera de planetas, cada uno abriendo su propio camino entre los polvos astrales.
Al observar el sistema en luz H Alfa, el equipo determinó la presencia de un punto fijo y definido en los huecos del anillo oscuro que rodea al Wispit 2.