El escritor húngaro László Krasznahorkai, nombrado por la Academia como nobel de Literatura 2025, dio su discurso de aceptación del premio. En este, habló de estar atentos a la información que dan los líderes del mundo, a los que se refirió como los nuevos 'ángeles' sin alas y a los que criticó por "adueñarse" del tiempo de los seres humanos.
El autor, nacido en Gyula, en 1954, reconoció que hubiera preferido tratar en su discurso temas sobre la esperanza en la Academia Sueca, pero "sus reservas de esperanza se han agotado totalmente". Fue allí cuando mencionó a los "nuevos Ángeles".
Sobre estos dijo que "no tienen alas ni capas que los envuelven dulcemente. Caminan entre nosotros, vestidos con ropa de calle y no sabemos cuántos hay. Aparecen de forma inquietante aquí y allá en todo tipo de situaciones de nuestra vida", de acuerdo con EFE. Asimismo, indicó que ninguno de estos "tiene un mensaje".
Los Elon Musk de la actualidad
Krasznahorkai, además, criticó que estos personajes tienen el control de las demás personas por medio de estructuras: "ahora solo las estructuras insanas de los Elon Musk de este mundo, organizan el espacio y el tiempo".
En el discurso, publicado por la Fundación Nobel, se puede establecer que el mensaje que estos líderes dan están vacíos, según con el criterio del autor de libros como 'Tango Satánico' o 'El último lobo', y que sus acciones no son de apoyo a la humanidad, dado que actúan "todo el tiempo sabiendo que hay guerra, guerra y solo guerra, guerra en la naturaleza, guerra en la sociedad, y esta guerra se libra no solo con armas, no solo con tortura, no solo con destrucción".
Las periferias y su obra
De acuerdo a información publicada por EFE, su traductor y amigo Adan Kovacsics, indicó que las preocupaciones del autor radica en "la dignidad e inocencia de quienes viven en los márgenes", algo que, asegura viene desde su juventud.
Según se conoce, cuando tenía diecinueve años, László abandonó sus estudios en derecho y optó por vivir en las calles con el fin de "entender mejor a los excluidos". Gracias a sus vivencias adquirió un profundo respeto por las personas que habitan las calles y ha estado en su discurso.
Y así lo hizo ver en su escrito publicado por la Fundación Nobel, recordando un episodio que en el pasado lo marcó y que lo hizo cuestionarse sobre el miedo que "el bien" pone sobre el "mal": el encuentro con un méndigo en el metro de Berlín. Este episodio, en el que recuerda como este habitante de la calle en edad avanzada era perseguido por un policía luego de orinar, con dolor, en una estación en la que estaba: "Todos los que estábamos en nuestro andén guardamos completo silencio cuando el mendigo partió, porque era inmediatamente evidente que esta huida no conduciría a nada, porque el viejo mendigo comenzó a temblar por todo el cuerpo... solo con un esfuerzo horroroso".
La única intervención que tendrá
László no tendrá más intervenciones, puesto que, por razones de salud, estará en medio de revisiones. No es el primer nobel húngaro, puesto que existe un precedente: Imre Kertesz, que fue galardonado en 2002 y que tuvo una gran relación con Krasznahorkai indicando que fue "un gran amigo y una influencia literaria importante", según publicó EFE.
Con información de EFE.