Durante el programa Habla con ella de La FM, el médico Fernando Rosero explicó los alcances de un medicamento aprobado en Estados Unidos para el deseo sexual femenino, así como sus efectos, limitaciones y alternativas, según la evidencia disponible.
Rosero señaló que la disminución del deseo sexual no ocurre únicamente después de la menopausia y explicó que el deseo responde a una combinación de factores psicológicos y factores biológicos. “El deseo tiene unos factores que son psicológicos, el cómo nos sentimos, el cómo nos vemos y nuestra relación con la pareja”, afirmó, al tiempo que indicó que también existen sustancias en el organismo que influyen en este proceso.
¿Cómo actúa la flibanserina en el deseo sexual femenino?
El especialista explicó que la molécula conocida como flibanserina actúa en el sistema nervioso central y no es una hormona. “La pastilla lo que hace es aumentar las sustancias que estimulan el deseo sexual y disminuye la que lo inhibe”, dijo. Aclaró que el medicamento “no genera el deseo sexual”, sino que “quita el freno de esas cosas que están inhibiendo el deseo”.
Rosero indicó que el fármaco se utiliza desde 2015 en mujeres en premenopausia y que estudios recientes validaron su uso en mujeres en menopausia menores de 65 años. Sin embargo, fue enfático al explicar el alcance de sus resultados. “Solamente mejora el 1% más de actividad sexual al mes”, señaló, al compararlo con los efectos adversos reportados.
Entre esos efectos mencionó somnolencia en el 16% de los casos, mareo en el 7%, fatiga en el 8%, náuseas en el 6% y vómito en el 2%. Sobre los eventos graves, indicó que se presentan en el 1% de las pacientes, una cifra similar a quienes no toman el medicamento.
¿Qué alternativas existen para mejorar el deseo sexual?
El médico advirtió que ningún medicamento reemplaza otros aspectos fundamentales. “Uno tiene que tener una buena relación para que el deseo mejore”, afirmó, y aclaró que la flibanserina “no es una panacea” ni una solución para problemas de pareja.
Rosero mencionó alternativas no farmacológicas que algunas pacientes prefieren, como la maca y el ginkgo biloba, aunque precisó que “no tienen estudios tan contundentes” como los medicamentos aprobados. Aun así, señaló que en la práctica clínica “nos da un buen resultado en algunas pacientes”.
También enumeró opciones relacionadas con hábitos de vida, como “dormir bien, hacer ejercicio y comer proteína”, así como tratamientos hormonales bajo supervisión médica. Sobre la llegada del medicamento a Colombia, afirmó: “Esto va a tardar mucho”, y agregó que actualmente existen opciones con “números mucho más contundentes”.
Finalmente, Rosero sostuvo que cualquier alternativa debe evaluarse de forma individual. “Tenemos una muy buena opción, pero hay que saber a quién dárselo”, concluyó, reiterando que el abordaje del deseo sexual requiere análisis médico y seguimiento especializado.