Las relaciones de pareja, la atracción y el deseo hacen parte del día a día. No obstante, la rutina, las responsabilidades y los cambios personales pueden modificar la forma en que nos relacionamos con el otro y cómo lo percibimos.
Incluso, algunas personas no tienen claro si lo que sienten es amor o atracción. Aunque no son lo mismo, pueden confundirse, y resulta complejo identificar lo que se experimenta en determinados momentos.
La ciencia ha demostrado que el amor no necesariamente dura para siempre. A lo largo de una relación, puede transformarse e incluso desaparecer con el tiempo.
De acuerdo con la Universidad de Harvard, existen tres etapas en las que se divide el amor: lujuria, relacionada con el deseo y la atracción sexual; atracción, vinculada con las sensaciones de recompensa generadas en el cerebro por la dopamina; y vínculo, ligado a la oxitocina y a la conexión emocional que permite mantener relaciones más estables.
¿Por qué cambia el deseo en relaciones largas?
Para la ciencia y la psicología, sentir atracción por alguien distinto a la pareja no es necesariamente inusual. Se trata de un fenómeno humano común, relacionado con factores biológicos, emocionales y sociales.
Es habitual que, en diferentes etapas de la vida, las personas se cuestionen su identidad, busquen validación o redescubran su deseo, especialmente al acercarse a un nuevo ciclo vital.
Según datos de Gleeden, plataforma de encuentros creada para y por mujeres, en Colombia quienes buscan experiencias fuera de la pareja son más jóvenes que en Europa. En el caso de las mujeres, la media de edad es de 32,12 años, mientras que en los hombres es de 33,69 años.
De acuerdo con Flavia Dos Santos, psicóloga y sexóloga, la monogamia no es una imposición biológica, sino un requisito cultural. “Nos han enseñado y condicionado a creer que así debemos ser”, afirma. La biología, explica, interviene cuando se comprende que el deseo es una pulsión propia. “Ahí es cuando uno se da cuenta de que, por más que haga renuncias voluntarias, muchas veces esas renuncias resultan difíciles de sostener frente a un deseo que forma parte esencial de nosotros”.
Añade que la rutina y el entorno influyen cuando surge atracción hacia otra persona durante una relación. En situaciones de aburrimiento aparece la necesidad de buscar novedades y recuperar la curiosidad.
“Todos podemos tener pensamientos y fantasías. Pero la insatisfacción se hace más evidente cuando ya no nos sentimos a gusto con nada, cuando el malestar o la sensación de estar fuera de lugar se vuelven más fuertes que los pensamientos. Es entonces cuando uno empieza a poner en la balanza y a notar que hay cosas que se están perdiendo, y cuando esas pérdidas comienzan a generar resentimiento, algo cambia”, señala.
¿Qué hacer cuando aparece atracción por alguien más?
La experta indica que el deseo depende de la curiosidad. Muchas personas creen conocer por completo a su pareja con el paso del tiempo, aunque esto no siempre corresponde con la realidad. Afirma que “eso es una ilusión” y que tanto las personas como sus percepciones cambian cada día, por lo que mantener el interés mutuo es fundamental para el vínculo.
Frente a cómo manejar la atracción hacia alguien distinto, Dos Santos invita a observar estas emociones sin culpa. Señala que “es normal, es natural, es profundamente humano”. Explica que el amor y el deseo no siempre avanzan en la misma dirección y que es necesario preguntarse: “¿Qué es lo más significativo para mí en este momento de mi vida?”.
Para finalizar, indica que aceptar los cambios del deseo hace parte de la construcción de vínculos conscientes. La comunicación, afirma, permite reconocer necesidades y ajustar la relación desde una mirada basada en comprensión y conexión emocional.