Fui periodista de RCN Radio cubriendo la toma del Palacio de Justicia: esto fue lo que más me marcó

José Francisco Tulande narra cómo vivió la toma del Palacio de Justicia en 1985 y su impacto personal y profesional.

“Mi nombre es Francisco Tulande.” En noviembre de 1985 trabajaba en RCN Radio cuando recibí una llamada del periodista Álvaro Almanza, quien cubría las cortes. Me dijo con voz agitada: “Oiga, oiga, hay algo grave, véngase porque algo está pasando.” Era un día normal en la oficina, hablábamos de dónde almorzar, hasta que esa llamada cambió todo.

Almanza insistía en que había movimiento de escoltas y tensión en el centro de Bogotá. “Se está moviendo todo, hay algo grave”, repetía. Consulté con Juan (Gossaín), mi compañero, y decidimos salir de inmediato hacia el Palacio de Justicia sin imaginar la magnitud de lo que íbamos a presenciar.



Cuando llegamos, el caos era total. “Nos estremecían los sonidos de las balas, las ametralladoras y los helicópteros”, recuerdo. El impacto fue enorme al ver un tanque de guerra entrando al Palacio. Nadie entendía del todo lo que ocurría, pero ya se hablaba de una toma del M-19.

Con el paso de los minutos empezaron a circular versiones sobre un supuesto “juicio político” al presidente Belisario Betancur. “Querían que el mandatario saliera a la Plaza de Bolívar a rendir cuentas”, supe después. Aquella jornada "me marcó profundamente.”

¿Cómo comenzó la cobertura del Palacio de Justicia?

La prensa se ubicó frente al Capitolio Nacional, en el Museo del Florero, donde cubrieron el desarrollo del asalto. “Nos estremecían los sonidos de las balas y la llegada de los tanques. Era algo fuera de lo común”.



Durante la cobertura, Tulande y otros reporteros conocieron un documento que circulaba entre los insurgentes. “Se llamaba ‘Operativo Antonio Nariño’, compañía Iván Marino Ospina del M-19. Querían hacerle un juicio político al presidente Belisario Betancur por el incumplimiento de acuerdos de paz y la falta de obras en el país”.

“Más de 40 años después, uno recuerda el sonido de las balas, los gritos, el fuego. Eso no se olvida”, mencionó el periodista TulandeCrédito: Colprensa


¿Qué recuerdos dejó el impacto del asalto?

El periodista explicó que, con el paso de las horas, el ambiente se tornó cada vez más tenso. “Se respiraba el preámbulo de una tragedia. En la noche vimos el incendio del Palacio. Era el corazón del país ardiendo”. Añadió que las imágenes de ese momento permanecen grabadas en su memoria. “Ver el símbolo de la institucionalidad en llamas fue una imagen inolvidable”.

Tulande relató también una de las escenas que más lo marcaron. “Cuando terminó la toma, me acerqué al carro de Medicina Legal. Habían amontonado decenas de cuerpos: hombres con corbata, mujeres con tacones y medias. Era el impacto de la muerte y la desolación en una sola escena”.

Durante la entrevista con La FM, mencionó que esos hechos cambiaron su percepción del periodismo y de la vida. “Se rompió el corazón de la institucionalidad y la justicia. Era una época difícil, pero nunca imaginamos algo así. Esa cobertura me marcó profundamente”.

"Habían amontonado decenas de cuerpos: hombres con corbata, mujeres con tacones y medias”, recuerda TulandeCrédito: Colprensa


¿Cómo afectó esa experiencia su labor periodística?

El periodista reconoció que, en esa época, los reporteros no dimensionaban los efectos emocionales de cubrir tragedias. “Uno cree que puede soportarlo todo, pero no es así. Lo más importante para un comunicador es la sensibilidad. Si no sientes, eres un mal comunicador”.

Tulande señaló que, con los años, entendió la necesidad de procesar las experiencias vividas en el campo. “No hay terapia ni indemnización que borre esas imágenes. Eso se acumula con el tiempo. Uno se despierta con miedos, y eso son los recuerdos que no se procesaron”.

Durante la conversación, también reflexionó sobre la responsabilidad ética del periodismo actual. “Cuando uno tiene un micrófono no puede faltar al respeto al oyente. Si desde los medios sembramos caos, contribuimos a dividir más al país”.

Al referirse a su trayectoria, destacó que el periodismo le permitió conocer los límites entre informar y respetar el dolor ajeno. “A veces uno se ufana de ser reportero estrella, pero la vida te enseña que la noticia no es lo más importante. Lo importante es la gente y el respeto que se merece”.

Finalmente, Tulande aseguró que los hechos del Palacio de Justicia lo transformaron tanto en lo profesional como en lo humano. “Me marcó, me bajó la arrogancia y me enseñó que la audiencia merece un respeto especial. Fue un aprendizaje duro e inolvidable”.

El periodista concluyó que, pese al paso de los años, las imágenes de ese día siguen presentes. “Más de 40 años después, uno recuerda el sonido de las balas, los gritos, el fuego. Eso no se olvida. El Palacio de Justicia sigue siendo una herida abierta en la memoria del país”.