Una vendedora ambulante que se enfrentó con encapuchados fue elegida personaje del año por el Concejo de Bogotá

Se trata de Yaneth Franco, la valiente vendedora ambulante que se enfrentó a encapuchados en medio de actos vandálicos.
Yaneth Franco, vendedora ambulante elegida como el personaje del año por el Concejo de Bogotá Crédito: Cortesía Concejo de Bogotá

En las calles del barrio Verbenal, en el norte de Bogotá, el olor a aceite caliente y chorizo es el preludio cotidiano de una jornada de trabajo que empieza antes de que salga el sol. Allí, entre el bullicio de los transeúntes y el afán de la ciudad,se encuentra el puesto de doña Yaneth Franco, una mujer cuya vida parecía destinada al anonimato de la economía informal hasta que el estruendo de las protestas y el vandalismo golpearon a su puesto.

Hoy, tras ser elegida como Personaje del Año por el Concejo de Bogotá, su nombre resuena como el mayor símbolo de resistencia civil en la capital.

El día que el miedo cambió de bando

La escena que la catapultó a la memoria colectiva del país parece extraída de una película de ficción, pero fue una cruda realidad. En medio de una jornada de fuertes disturbios, un grupo de encapuchados irrumpió en el sector, bloqueando vías y amenazando con destruir el mobiliario público y los locales comerciales que son el sustento de cientos de familias en Verbenal.

Mientras muchos buscaban refugio, doña Yaneth, con el delantal puesto y la autoridad que sólo dan los años de trabajo honesto, se plantó frente a los manifestantes violentos. Sin armas, sin escudos y sin más protección que su palabra, les exigió respeto por el barrio y por el derecho al trabajo. Su imagen, enfrentándose cara a cara a hombres que ocultaban su rostro, se volvió viral no por la violencia del encuentro, sino por la fuerza moral de una mujer que se negó a permitir que el caos destruyera lo que a su comunidad le ha tomado décadas construir.

Una heroína de manos curtidas.

La historia de doña Yaneth no comienza con aquel enfrentamiento. Ella representa a esa Colombia invisible que se levanta a las tres de la mañana. Durante años, su puesto de empanadas y arepas ha sido su trinchera económica. Con las ganancias de cada venta, peso a peso, ha logrado el milagro de educar a sus hijos, una meta que en el contexto social colombiano es una verdadera hazaña para un trabajador independiente de la calle.

Para el Concejo de Bogotá, entregarle el título de Personaje del Año no fue solo un acto protocolario, sino un mensaje político y social. Se trata de reconocer que la verdadera "reserva moral" del país no siempre está en las grandes instituciones, sino en ciudadanos que, como ella, defienden la convivencia desde la cotidianidad. Su valentía inspiró incluso al Ministro de Defensa y a altos mandos, quienes vieron en ella la encarnación del empoderamiento ciudadano.

El impacto de un gesto

"Yo solo quería que nos dejaran trabajar", ha dicho Yaneth en diversas entrevistas, con una sencillez que desarma cualquier análisis complejo. Esa simplicidad es la que la convierte en una heroína popular. Su lucha no es por ideologías, sino por la dignidad del trabajador que sabe que, si no abre su puesto un día, no hay comida en la mesa al siguiente.

Un legado de coraje

Hoy, doña Yaneth sigue en su puesto en Verbenal. Aunque ahora recibe saludos de desconocidos y visitas de funcionarios, su esencia no ha cambiado. Sigue siendo la mujer que cuida su esquina, la que saluda al vecino y la que recuerda a todo el país que el trabajo digno es un valor supremo que merece ser defendido.

Bogotá ha encontrado en ella una brújula en tiempos de polarización. El galardón del concejo es, en última instancia, un aplauso de pie a la mujer colombiana, a la vendedora ambulante y a la madre que, entre harina y aceite, tiene el coraje de mirar a la cara a la adversidad para decir: "Aquí se trabaja, aquí se construye".